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La intolerancia alimentaria es la aparición de un conjunto de reacciones adversas a los alimentos, como problemas intestinales y respiratorios, aparición de manchas y picor en la piel. Aunque los síntomas son similares, la intolerancia a los alimentos es diferente a la alergia a los alimentos, porque en la alergia también hay una reacción del sistema inmunológico con la formación de anticuerpos, lo que puede provocar síntomas más graves que en la intolerancia a los alimentos.
Los tipos más comunes de intolerancia alimentaria son la intolerancia a los carbohidratos, la intolerancia a las aminas biogénicas y la intolerancia a los aditivos alimentarios.
El manejo de la intolerancia alimentaria consiste en evaluar los síntomas e identificar, retirar e intentar reintroducir lentamente los alimentos que el organismo no puede digerir, de la siguiente manera:
1. Esté atento a los síntomas
Debe conocer los síntomas y ver si aparecen después de ingerir un alimento específico. Los principales síntomas de la intolerancia alimentaria son:
- Dolor abdominal;
- Náusea;
- Vómitos
- Diarrea;
- Gases;
- Picazón en el cuerpo;
- Manchas rojas en la piel;
- Tos.
Estos síntomas pueden aparecer poco después de ingerir el alimento o hasta 24 horas después, y su intensidad varía según la cantidad de alimento consumido.
Es importante saber que los síntomas de la alergia alimentaria se presentan con mayor rapidez y son más severos que los de la intolerancia, pudiendo además provocar síntomas como rinitis, asma y heces sanguinolentas. Aprenda a distinguir la alergia alimentaria de la intolerancia alimentaria.
2. Identificar la comida que causa intolerancia.
También es importante intentar identificar qué alimento está causando los síntomas de la intolerancia alimentaria. Los alimentos con más probabilidades de causar intolerancia o alergia alimentaria son el huevo, la leche, los crustáceos, el gluten, el chocolate, el maní, las nueces, los tomates y las fresas. Además, los conservantes y colorantes utilizados en productos industrializados como el pescado enlatado y los yogures también pueden causar intolerancia alimentaria.
Para confirmar la presencia de intolerancia alimentaria, se deben realizar pruebas para comprender qué alimento es incapaz de procesar el cuerpo y distinguir si se trata de una intolerancia o una alergia alimentaria. Por lo general, el diagnóstico es difícil de obtener y puede pasar por las siguientes fases:
- Evaluación de la historia de los síntomas, cuándo comenzaron y cuáles son los síntomas;
- Elaboración de un diario de alimentación, en el que se anotarán todos los alimentos que se ingirieron y los síntomas que aparecieron durante 1 o 2 semanas de alimentación;
- Realizar análisis de sangre para evaluar si existen cambios en el sistema inmunológico que caracterizan la presencia de la alergia;
- Tome las heces para verificar si hay sangre en las heces, ya que las alergias pueden causar daños en el intestino que causan sangrado.
3. Eliminar alimentos de la dieta.
Para evitar la intolerancia a los alimentos, después de identificar los alimentos que el cuerpo no puede comer, se deben eliminar de la dieta y verificar si hay mejoría de los síntomas.
Después de eso, si lo recomienda el médico, puede intentar reintroducir el alimento en la dieta, lentamente y en pequeñas cantidades, para ver si reaparecen los síntomas.
¿Cuáles son los problemas alimentarios más graves?
Los problemas alimentarios más graves que implican intolerancias alimentarias son la fenilcetonuria y la intolerancia a la galactosa, ya que pueden provocar retrasos en el desarrollo físico y mental del bebé.
Además de estas enfermedades, la fibrosis quística también es un trastorno genético que se caracteriza por la dificultad para digerir y absorber los alimentos y puede causar desnutrición y retraso en el crecimiento.