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La crioterapia es una técnica terapéutica utilizada en fisioterapia que utiliza bolsas térmicas, hielo o dispositivos especiales para tratar la inflamación y el dolor en el cuerpo, reduciendo síntomas como hinchazón y enrojecimiento.
El uso del frío con crioterapia también se puede realizar con fines estéticos, mediante el uso de dispositivos específicos, combatiendo la grasa localizada, la celulitis y la flacidez, o eliminando verrugas, por ejemplo. Si quieres conocer las indicaciones y cómo se realiza la crioterapia estética, consulta: Crioterapia estética.
Además, la crioterapia también es un método para el tratamiento de verrugas en la región íntima, por VPH, por el ginecólogo y con material específico. Ver más en: Crioterapia para el tratamiento del VPH.
Indicaciones de la bolsa de hielo
Las indicaciones terapéuticas de la baja temperatura incluyen:
- Lesiones musculares, como esguinces, golpes o contusiones en la piel;
- Lesiones ortopédicas, como tobillo, rodilla o columna;
- Inflamación de músculos y articulaciones;
- Dolores musculares;
- Quemaduras leves.
La crioterapia y la termoterapia, que utiliza calor en lugar de frío, se pueden utilizar juntas según la lesión. Aprenda en el siguiente video cómo elegir entre compresas frías o calientes para tratar cada lesión:
Cómo usar
La crioterapia debe usarse con la guía del fisioterapeuta y puede ser de varias formas, como hielo picado o piedra, envuelta en una tela o con bolsas térmicas especiales. Estas bolsas se encuentran en farmacias, y pueden ser de varios tipos y tamaños, pudiendo ser flexibles o con velcro, por ejemplo, lo que facilita su uso.
También se puede hacer un baño de inmersión con agua helada, uso de spray o incluso con nitrógeno líquido. Cualquiera que sea la técnica elegida, se debe interrumpir el uso de hielo en caso de malestar severo o pérdida de sensibilidad, el tiempo de contacto del hielo con el cuerpo nunca debe exceder los 20 minutos, para no quemar la piel.
Contra indicaciones de crioterapia
Por tratarse de un método que interfiere en la circulación sanguínea, el metabolismo y las fibras nerviosas de la piel, se deben respetar las contraindicaciones para el uso del hielo ya que, cuando la técnica se utiliza de forma inapropiada, puede dañar la salud de la persona, agravando enfermedades de piel y mala circulación, por ejemplo.
No se debe usar hielo cuando:
- Heridas o enfermedades de la piel, como la psoriasis, ya que el frío excesivo puede irritar aún más la piel e impedir la cicatrización
- Mala circulación sanguínea, como insuficiencia arterial o venosa severa, porque este procedimiento disminuye la circulación del cuerpo en el lugar donde se está aplicando, y esto puede ser perjudicial para quienes ya tienen una circulación alterada;
- Enfermedad inmunológica asociada al resfriado, como la enfermedad de Raynaud, la crioglobulinemia o incluso las alergias, por ejemplo, porque el hielo puede desencadenar una crisis;
- Situación de desmayo o coma o con algún tipo de retraso en la comprensión, ya que estas personas pueden no ser capaces de informar cuando el resfriado es muy intenso o provoca dolor.
Además, si los síntomas de dolor, hinchazón y enrojecimiento en la extremidad tratada no mejoran con la crioterapia, se debe consultar al ortopedista, para que se investiguen las causas y se dirija el tratamiento a cada persona, y se pueda asociar el uso. medicamentos antiinflamatorios, por ejemplo.