Contenido
La diabetes tipo 2 es una enfermedad crónica caracterizada por la resistencia del organismo a la insulina y el aumento de los niveles de azúcar en sangre, lo que genera síntomas clásicos como sequedad de boca, aumento de la necesidad de orinar, aumento de la necesidad de beber agua e incluso pérdida de peso sin motivo aparente.
A diferencia de la diabetes tipo 1, la persona no nace con diabetes tipo 2, desarrollando la enfermedad debido a varios años de hábitos de vida poco saludables, especialmente el consumo excesivo de carbohidratos en la dieta y el estilo de vida sedentario.
Dependiendo del grado de cambio en los niveles de azúcar, el tratamiento puede implicar realizar solo algunos cambios en la dieta y el estilo de vida, o bien incluir el uso de medicamentos, como antidiabéticos orales o insulina, que siempre debe ser indicado por un médico. La diabetes no tiene cura, pero es una enfermedad que con complicaciones se puede evitar.
Síntomas principales
Si cree que puede tener diabetes tipo 2, seleccione lo que siente y averigüe cuál es su riesgo de tener la enfermedad:
- 1. Aumento de la sed No Sí
- 2. Boca constantemente seca No Sí
- 3. Deseo frecuente de orinar No Sí
- 4. Cansancio frecuente No Sí
- 5. Visión borrosa o borrosa No Sí
- 6. Heridas que cicatrizan lentamente No Sí
- 7. Hormigueo en los pies o las manos No Sí
- 8. Infecciones frecuentes, como candidiasis o infección del tracto urinario No Sí
A veces, estos síntomas pueden ser difíciles de identificar y, por lo tanto, una de las mejores formas de controlar la posibilidad de tener diabetes es hacerse análisis de sangre recurrentes para evaluar los niveles de azúcar en sangre, especialmente en ayunas.
Que pruebas confirmar
El diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2 se realiza mediante un análisis de sangre u orina, que evalúa el nivel de glucosa en el cuerpo. Esta prueba generalmente se realiza con el estómago vacío y debe realizarse en 2 días diferentes para comparar los resultados.
Los valores de referencia de glucosa en ayunas son de hasta 99 mg / dL en sangre. Cuando la persona tiene valores de glucosa en ayunas entre 100 y 125 mg / dL, se le diagnostica prediabetes y cuando tiene glucosa en ayunas por encima de 126 mg / dL puede tener diabetes.
Vea todo sobre las pruebas que se utilizan para diagnosticar la diabetes.
Como se hace el tratamiento
La primera forma de tratamiento para la diabetes tipo 2 es la adopción de una dieta equilibrada con menos azúcar y otras formas de carbohidratos. Además, también es importante hacer ejercicio al menos 3 veces por semana y adelgazar en el caso de personas con sobrepeso y obesidad.
Después de estas pautas, si sus niveles de azúcar no están regularizados, su médico puede recomendarle que use antidiabéticos orales, que son píldoras que ayudan a controlar los niveles de azúcar en sangre.
El uso de insulina, por otro lado, es la opción de tratamiento para las personas que no pueden mantener su nivel de glucosa bajo control solo con medicamentos orales o que no pueden usar antidiabéticos debido a otros problemas de salud, como las personas que tienen insuficiencia renal y no pueden usar metformina, por ejemplo.
Estas personas necesitan mantener un control diario de los niveles de azúcar y la correspondiente administración de insulina durante el resto de sus vidas, en la mayoría de los casos, pero pueden volver a usar píldoras solo si tienen un buen control de la glucosa en sangre.
Mire el video a continuación y descubra qué tipos de ejercicio pueden ayudar a combatir la diabetes:
Consulte aún más pautas sobre cuál debería ser la dieta.
Posibles consecuencias de la diabetes tipo 2
Cuando el tratamiento de la diabetes no se inicia a tiempo, la enfermedad puede provocar diversas complicaciones en el organismo, relacionadas con la acumulación de azúcar en varios tipos de tejidos. Algunos de los más comunes incluyen:
- Cambios graves en la vista que pueden provocar ceguera;
- Cicatrización deficiente de heridas que pueden provocar necrosis y amputación de la extremidad;
- Disfunciones en el sistema nervioso central;
- Disfunción de la circulación sanguínea;
- Complicaciones cardíacas y coma.
Estas complicaciones también pueden ocurrir cuando la persona ya está en tratamiento, pero no sigue las pautas al pie de la letra.