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La distimia, también conocida como enfermedad de mal humor, es un tipo de depresión crónica e incapacitante que presenta síntomas leves / moderados como tristeza, sensación de vacío o infelicidad.
Sin embargo, la característica más importante es la irritabilidad diaria durante al menos 2 años seguidos, o 1 año en niños y adolescentes, con algunas crisis depresivas severas a lo largo del tiempo, y es difícil para la persona decir qué lo llevó a este estado. depresivo más pronunciado.
Esta enfermedad puede ser diagnosticada por un psiquiatra en conjunto con un psicólogo a través del informe de la persona y la observación de los síntomas presentados, a partir de ahí se aconsejará el tratamiento adecuado, que se puede realizar con el uso de remedios antidepresivos y psicoterapia.
Principales signos y síntomas
Los signos y síntomas de la distimia pueden confundirse con los de otros trastornos psicológicos, y lo que los diferencia es la presencia de mal humor e irritabilidad que no mejora, incluso si la persona tiene momentos en los que sería posible sentir placer o realización personal. Otros signos y síntomas que se pueden observar son:
- Pensamientos negativos recurrentes;
- Sensación de desesperanza;
- Falta o exceso de apetito;
- Falta de energía o fatiga;
- Aislamiento social;
- Insatisfacción;
- Insomnio;
- Llanto fácil;
- Dificultad para concentrarse.
En algunos casos puede haber mala digestión, dolor muscular y dolor de cabeza. Si tiene dos o más síntomas de distimia, esta prueba puede ayudar a aclarar la duda sobre si tiene el trastorno o no:
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¿Te sientes triste más de 4 veces por semana o no te sientes ni feliz ni triste casi todos los días?
- No nunca.
- Sí, pero esto no es muy frecuente.
- Sí, casi todas las semanas.
¿Te pones malhumorado incluso en situaciones en las que todo el mundo parece feliz?
- No, cuando los demás son felices, yo también.
- Sí, a menudo me pongo de mal humor.
- Sí, no sé lo que es estar de buen humor.
¿Eres crítico o muy crítico a menudo?
- No, nunca critico a nadie.
- Sí, pero mis críticas son constructivas e indispensables.
- Sí, soy muy crítico, no pierdo la oportunidad de criticar y estoy muy orgulloso de ello.
¿Te estás quejando constantemente de todo y de todos constantemente?
- No, nunca me quejo de nada y mi vida es un lecho de rosas.
- Sí, me quejo cuando creo que es necesario o estoy muy cansado.
- Sí, suelo quejarme de todo y de todos, casi a diario.
¿Encuentra todo aburrido y aburrido?
- No nunca.
- Sí, a menudo quería estar en otro lugar.
- Sí, rara vez estoy satisfecho con las cosas y quería hacer algo más interesante.
¿Te sientes cansado a diario?
- No, solo cuando realmente estoy trabajando duro.
- Sí, a menudo me siento cansado, aunque no he hecho nada en todo el día.
- Sí, me siento cansado todos los días, incluso cuando estoy de vacaciones.
¿Te consideras una persona pesimista?
- No, soy bastante optimista y puedo ver lo bueno en las cosas.
- Sí, tengo algunas dificultades para encontrar lo bueno en algo malo.
- Sí, soy pesimista y siempre pienso que todo saldrá mal, aunque haya mucho esfuerzo de por medio.
¿Duermes mucho o tienes problemas para dormir?
- Duermo bien y considero que tengo un sueño reparador.
- Me gusta dormir, pero a veces me cuesta conciliar el sueño.
- No creo que descanse lo suficiente, a veces duermo muchas horas, a veces tengo problemas para dormir bien.
¿Crees que te están haciendo daño?
- No, nunca me preocupo por eso.
- Sí, a menudo pienso que me han ofendido.
- Sí, casi siempre pienso: esto no es justo.
¿Tiene dificultad para tomar decisiones?
- No nunca.
- Sí, a menudo me siento perdido y no sé qué decidir.
- Sí, a menudo me resulta difícil tomar una decisión y necesito la ayuda de otros.
¿Tiende a aislarse?
- No, nunca porque disfruto estar en familia o con amigos.
- Sí, pero solo cuando me enojo.
- Sí, casi siempre porque me resulta muy difícil estar con otras personas.
¿Se irrita fácilmente?
- No nunca.
- Si muchas veces.
- Sí, casi siempre me enojo y me enojo por todo y por todos.
¿Eres muy crítico contigo mismo?
- No nunca.
- Sí a veces.
- Sí, casi siempre.
¿Siempre estás insatisfecho con algo?
- No nunca.
- Si muchas veces.
- Sí, casi siempre.
¿Eres demasiado rígido o inflexible?
- No nunca.
- Si muchas veces.
- Sí, casi siempre.
¿Tienes baja autoestima?
- No nunca.
- Si muchas veces.
- Sí, casi siempre.
¿Solo ves el lado negativo de las cosas?
- No nunca.
- Si muchas veces.
- Sí, casi siempre.
¿Te tomas todo personalmente?
- No nunca.
- Si muchas veces.
- Sí, casi siempre.
¿Le cuesta sentirse feliz y satisfecho?
- No nunca.
- Si muchas veces.
- Sí, casi siempre.
Posibles Causas
Las causas de la distimia no se conocen del todo, pero se sospecha que puede estar relacionada con cambios ambientales, emocionales, traumatológicos, hormonales en el cerebro e incluso factores genéticos, como tener más de un familiar afectado por el trastorno.
Además, el temperamento del individuo y las situaciones cotidianas estresantes pueden influir y agravar la condición distímica que conduce al desarrollo de una depresión mayor. Conozca los signos de la depresión mayor y cómo se realiza el tratamiento.
Cómo se hace el diagnóstico
El diagnóstico debe ser realizado por el psiquiatra o psicólogo mediante la observación de síntomas e informes sobre el comportamiento de la persona. Es necesario que el estado de ánimo depresivo constante esté presente durante al menos 2 años.
Debido a que es difícil identificar los síntomas, ya que la distimia no es tan severa como la depresión, es decir, la intensidad de los síntomas es más leve, aunado a que puede confundirse con un trastorno de ansiedad, por ejemplo, el diagnóstico puede ser aún más complicado, provocando que la persona no reciba tratamiento temprano.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la distimia se realiza mediante sesiones de psicoterapia y en algunos casos, con el uso de fármacos antidepresivos, como fluoxetina, sertralina, venlafaxina o imipramina, bajo la prescripción y orientación del psiquiatra, que ayudará con el trastorno hormonal del organismo. , si es necesario para el tratamiento.
Las sesiones de psicoterapia son de gran ayuda en los casos de distimia, especialmente la terapia cognitivo-conductual, ya que la persona se entrena para encontrar las circunstancias que desencadenan los síntomas de la distimia y así estructurar una respuesta emocional adecuada a cada situación, reflexionando sobre las ventajas de afrontar los problemas con pensamientos realistas.
Estilo de vida y remedios caseros
El cambio de estilo de vida no es un sustituto del tratamiento psiquiátrico y psicológico, pero puede ser un complemento, como acciones de autocuidado y compromiso de la persona como seguir el plan de tratamiento propuesto por el profesional, conocer en profundidad el trastorno, evitar el consumo de el alcohol y las drogas recreativas y el uso de prácticas meditativas tienen excelentes resultados para problemas psicológicos, como la distimia.
Además, utilizar remedios caseros como los tés de valeriana, manzanilla, melisa y lavanda, que son tranquilizantes naturales, puede ayudar a reducir los síntomas provocados por la distimia, además es una de las alternativas para complementar el tratamiento. Sin embargo, es importante informar al psiquiatra que tiene la intención de utilizar tés, y consultar a un herbolario para que le indique la dosis correcta necesaria para obtener el efecto esperado. Vea cómo preparar tés con propiedades calmantes.
Los remedios caseros no sustituyen al tratamiento médico y psicoterapéutico y, por tanto, sólo deben utilizarse como complemento.
¿Se puede curar la enfermedad del mal humor?
La distimia es curable y se puede lograr con el uso de medicamentos antidepresivos recetados por el psiquiatra y con el acompañamiento de un psicólogo. El tratamiento de la distimia se realiza de forma individual y por tanto no es posible estipular un tiempo mínimo o máximo de duración.