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El dolor de pecho, también conocido científicamente como dolor de pecho, es un tipo de dolor que surge en la zona del pecho y que, en la mayoría de los casos, no está muy localizado, pudiendo incluso extenderse a la espalda. Dado que el pecho es una parte del cuerpo que contiene varios órganos, como el corazón, el hígado, parte del estómago o el pulmón, cualquier dolor en esta región no es específico y debe ser evaluado por un médico.
En la mayoría de los casos, este tipo de dolor está relacionado con un exceso de gas en el intestino, que acaba ejerciendo presión sobre los órganos del pecho y produciendo dolor, pero también puede surgir de otras situaciones menos graves, como la ansiedad y el estrés. Además, el dolor también puede ser signo de algún cambio más grave, como una enfermedad cardíaca o problemas gástricos, sobre todo cuando es un dolor muy intenso, acompañado de otros síntomas o que dura más de 3 días.
Así, lo ideal es que siempre que se esté sufriendo de dolor en el pecho se acuda a un médico de cabecera, médico de familia o acudir al hospital, para que se pueda realizar una valoración adecuada y, en caso de ser necesario, se indique un tratamiento. o incluso otro especialista.
1. Ansiedad y estrés excesivo
La ansiedad es un mecanismo normal del cuerpo, que ocurre cuando estás muy estresado o cuando vives una situación que consideramos peligrosa de alguna manera. Cuando esto ocurre, aparecen varios cambios en el funcionamiento del cuerpo, como un aumento de la frecuencia cardíaca y un aumento de la frecuencia respiratoria.
Debido a estos cambios, es común que la persona experimente algún tipo de malestar, especialmente en la zona del pecho, que se relaciona principalmente con el aumento de la frecuencia cardíaca. Este tipo de situaciones, además del dolor, también suele ir acompañado de otros síntomas como palpitaciones, fácil irritabilidad, respiración superficial y rápida, sensación de calor, mareos y dificultad para respirar.
Qué hacer: lo ideal es intentar calmarse, respirar hondo o realizar una actividad divertida, que ayude a distraerse. Tomar un té calmante, como pasiflora, toronjil o valeriana también puede ayudar. Sin embargo, si después de 1 hora, las molestias continúan, debes acudir al hospital para confirmar que el dolor no tiene otra causa que necesite un tratamiento más específico. Vea qué más puede hacer para controlar la ansiedad.
2. Problemas intestinales
Después de los casos de ansiedad o estrés, los problemas intestinales son una causa importante de dolor en el pecho, especialmente el exceso de gases intestinales. Esto se debe a que el aumento de volumen en el intestino provoca un aumento de presión en los órganos de la zona del pecho, lo que acaba traduciéndose en dolor. Este dolor suele ser en gancho y aparece a ambos lados del pecho, siendo intenso durante unos minutos, pero mejorando con el tiempo.
Además del exceso de gases, el estreñimiento también puede tener síntomas similares, que incluyen, además de dolor o malestar en el pecho, sensación de hinchazón del vientre, cambios en el patrón intestinal y dolor abdominal.
Qué hacer: Si existe la sospecha de que el dolor puede, de hecho, ser causado por un exceso de gases, o si la persona sufre constantemente de estreñimiento, se debe realizar un masaje abdominal para ayudar con las deposiciones, además de aumentar la ingesta de agua y alimentos ricos en fibra, como las ciruelas pasas o las semillas de lino, por ejemplo. Vea más opciones para acabar con el exceso de gases o aliviar el estreñimiento.
3. Enfermedad cardíaca
Otra causa común de dolor en el pecho es la presencia de enfermedades cardíacas, ya que este es uno de los principales órganos de esta región del cuerpo. Por lo general, el dolor causado por problemas cardíacos aparece en el lado izquierdo o en la parte central del pecho y es similar a una opresión en el pecho, y también puede ser de tipo ardor.
Además del dolor, otros síntomas que pueden surgir en el caso de una enfermedad cardíaca incluyen palidez, sudor, náuseas, vómitos, dificultad para respirar y cansancio fácil. Vea otros signos que pueden indicar problemas cardíacos.
En los casos más severos, el dolor torácico también puede ser signo de infarto, que es una situación de emergencia, que provoca un dolor muy intenso en el pecho que no mejora y que se irradia al brazo izquierdo o cuello y mentón, pudiendo progresar a desmayos. y, té, paro cardíaco.
Qué hacer: Siempre que exista una sospecha de un problema cardíaco, es muy importante contar con un cardiólogo de seguimiento, realizar pruebas, como el electrocardiograma, y confirmar el diagnóstico, iniciando el tratamiento más adecuado. Si se sospecha un ataque cardíaco, debe ir inmediatamente al hospital o pedir ayuda médica llamando al 192.
4.Trastornos gástricos y hepáticos
En el pecho también es posible encontrar una pequeña porción del sistema digestivo, a saber, el esófago, el hígado, el páncreas, la vesícula e incluso la boca del estómago. Por tanto, el dolor de pecho también puede estar relacionado con un problema del sistema digestivo, especialmente espasmos esofágicos, reflujo gastroesofágico, hernia hiatal, úlcera o pancreatitis.
En estos casos, el dolor suele estar más localizado en la parte baja del pecho, especialmente en la región de la boca del estómago, pero también puede irradiarse a la espalda y al abdomen. Además del dolor, otros síntomas de problemas gástricos incluyen una sensación de ardor en el centro del pecho y que sube a la garganta, dolor de estómago, mala digestión, náuseas y vómitos.
Qué hacer: Si aparecen síntomas gástricos junto con dolor en el pecho, es recomendable consultar a un médico generalista o médico de familia, para identificar si realmente puede ser un problema del sistema digestivo. De confirmarse, el médico puede recomendar el tratamiento más adecuado e incluso orientar la consulta con un gastroenterólogo.
5. Problemas respiratorios
El pulmón es otro de los órganos principales que se encuentran contenidos en el tórax y, por tanto, los cambios en este sistema también pueden resultar en dolor torácico, sobre todo cuando afectan al tracto respiratorio superior, como la laringe y faringe, o cuando aparecen en el diafragma o pleura, que es la fina membrana que cubre los pulmones.
Cuando es causado por problemas respiratorios, el dolor suele ser vago y difícil de describir, y también puede irradiarse a la espalda y empeorar al respirar. Además del dolor, pueden aparecer otros síntomas, como dificultad para respirar, congestión nasal, flema, sibilancias, dolor de garganta y cansancio excesivo. Consulte las 10 enfermedades respiratorias más comunes y cómo identificarlas.
Qué hacer: Es recomendable consultar a un médico de cabecera o médico de cabecera para realizar una valoración médica e intentar comprender la causa de los síntomas. Así, en el caso de una alteración del tracto respiratorio superior, el médico puede indicar la consulta con un otorrino, mientras que en otros casos puede derivar a un neumólogo, por ejemplo.
6. Dolor muscular
Aunque esta también es una causa muy común de dolor en el pecho, también suele ser fácil de identificar, incluso en casa, ya que es un dolor que surge con el movimiento, se localiza en los músculos de la parte anterior del pecho y las costillas y surge después de esfuerzos físicos, especialmente después de entrenar el pecho en el gimnasio, por ejemplo.
Sin embargo, este dolor también puede surgir después de un trauma, pero es un dolor que empeora con el movimiento del tronco y cuando se respira profundamente, cuando hay compresión de las costillas en el pulmón, después de un trauma mayor por ejemplo, o el dolor se describe como una sensación de dolor cuando como pequeños bultos.
Qué hacer: este tipo de dolor generalmente mejora con el reposo, pero también se puede aliviar aplicando compresas tibias en los músculos o en el punto dolorido. Si el dolor es muy intenso, o si empeora con el tiempo, impidiendo las actividades diarias, es importante acudir a un médico de cabecera o médico de familia para identificar si existe alguna causa que requiera un tratamiento más específico. Vea también 9 tratamientos caseros para aliviar el dolor muscular.