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La gripe española fue una enfermedad provocada por una mutación del virus de la gripe que provocó la muerte de más de 50 millones de personas, afectando a toda la población mundial entre los años 1918 y 1920, durante la Primera Guerra Mundial.
Inicialmente, la gripe española solo apareció en Europa y Estados Unidos, pero en pocos meses se extendió al resto del mundo, afectando a India, Sudeste Asiático, Japón, China, Centroamérica e incluso Brasil, donde mató a más 10.000 personas en Río de Janeiro y 2.000 en São Paulo.
La gripe española no tenía cura, pero la enfermedad desapareció entre finales de 1919 y principios de 1920, sin que se hayan registrado más casos de la enfermedad desde entonces.
Síntomas principales
El virus de la gripe española tenía la capacidad de afectar varios sistemas del organismo, es decir, podía provocar síntomas al llegar a los sistemas respiratorio, nervioso, digestivo, renal o circulatorio. Así, los principales síntomas de la gripe española incluyen:
- Dolor de músculos y articulaciones;
- Dolor de cabeza intenso;
- Insomnio;
- Fiebre por encima de 38º;
- Cansancio excesivo;
- Respiración dificultosa;
- Sensación de falta de aire
- Inflamación de la laringe, faringe, tráquea y bronquios;
- Neumonía;
- Dolor abdominal;
- Aumento o disminución de la frecuencia cardíaca;
- Proteinuria, que es el aumento de la concentración de proteínas en la orina;
- Nefritis.
Después de unas horas de la aparición de los síntomas, los pacientes con gripe española pueden presentar manchas marrones en la cara, piel azulada, tos con sangre y sangrado por la nariz y los oídos.
Causa de la gripe española
La gripe española fue causada por una mutación aleatoria en el virus de la influenza, H1N1, que se transmitía fácilmente de persona a persona por contacto, tos y aire, debido a que los sistemas de salud de varios países eran deficientes y sufrían los conflictos del Gran Guerra.
Cómo se hizo el tratamiento
No se descubrió un tratamiento para la gripe española, y solo era recomendable descansar y mantener una adecuada nutrición e hidratación. Por lo tanto, pocos pacientes se curaron, dependiendo de su sistema inmunológico.
Como en ese momento no existía una vacuna contra el virus, el tratamiento se hacía para combatir los síntomas y generalmente era recetado por el médico aspirina, que es un antiinflamatorio que se usa para aliviar el dolor y bajar la fiebre.
La mutación del virus de la influenza común de 1918 es similar a la que surgió en los casos de influenza aviar (H5N1) o influenza porcina (H1N1). En estos casos, como no fue fácil identificar el organismo causante de la enfermedad, no fue posible encontrar un tratamiento efectivo, lo que hizo que la enfermedad fuera fatal en la mayoría de los casos.
Prevención de la gripe española
Para prevenir la transmisión del virus de la gripe española se recomendó evitar estar en lugares públicos con mucha gente, como teatros o escuelas, y por eso se abandonaron algunas ciudades.
Hoy en día la mejor forma de prevenir la gripe es mediante la vacunación anual, ya que los virus mutan aleatoriamente a lo largo del año para poder sobrevivir. Además de la vacuna, existen antibióticos, que aparecieron en 1928, y que pueden ser recetados por el médico para prevenir la aparición de infecciones bacterianas después de la gripe.
También es importante evitar entornos muy concurridos, ya que el virus de la gripe puede transmitirse fácilmente de persona a persona. He aquí cómo prevenir la gripe.
Mire el siguiente video y comprenda cómo puede surgir una epidemia y cómo evitar que suceda: