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El retraso mental es una condición, habitualmente irreversible, caracterizada por una capacidad intelectual inferior a la normal con dificultades de aprendizaje y adaptación social, que suele estar presente desde el nacimiento o que se manifiesta en los primeros años de la infancia.
Posibles Causas
En la mayoría de los casos, se desconoce la causa del retraso mental, pero varias condiciones durante el embarazo pueden causar o contribuir al retraso mental del niño, como el uso de ciertas drogas, el consumo excesivo de alcohol, la radioterapia y la mala nutrición.
Las dificultades asociadas con el nacimiento prematuro, la lesión cerebral traumática o la concentración muy baja de oxígeno durante el parto también pueden causar retraso mental.
Las anomalías cromosómicas, como en el síndrome de Down, son causas frecuentes de retraso mental, pero esta condición puede ser consecuencia de otros trastornos hereditarios que pueden corregirse antes de que se produzca el retraso mental, como en el caso de la fenilcetonuria o el cretinismo, por ejemplo.
Cómo identificar el retraso mental
Los grados de retraso mental que se pueden observar mediante la prueba del cociente intelectual (CI).
Los niños con un coeficiente intelectual de 69 a 84 tienen una discapacidad de aprendizaje, pero no se considera que tengan retraso mental, pero aquellos con un retraso mental leve, que tienen un coeficiente intelectual de 52 a 68, aunque tienen una discapacidad de lectura, pueden aprender las habilidades educativas básicas necesarias. en el día a día.
Características principales del retraso mental
El retraso mental se puede clasificar como:
Se caracteriza por un cociente intelectual (CI) entre 52 y 68.
Los niños con un grado leve de retraso mental pueden alcanzar un nivel de lectura similar al de los niños entre 4º y 6º grado, aprendiendo las habilidades educativas básicas necesarias en su vida diaria.
Estas personas generalmente no tienen defectos físicos obvios, pero pueden tener epilepsia y necesitan supervisión de instituciones educativas especiales. Suelen ser inmaduros y poco refinados, con poca capacidad de interacción social. Su línea de pensamiento es muy específica y, en general, son incapaces de generalizar. Tienen dificultades para adaptarse a nuevas situaciones y pueden tener mal juicio, falta de prevención y excesiva credulidad, y son capaces de cometer delitos impulsivos.
A pesar de la capacidad intelectual limitada, todos los niños con retraso mental pueden beneficiarse de la educación especial.
Se caracteriza por un cociente intelectual (CI) entre 36 y 51.
Son más lentos para aprender a hablar o sentarse, pero si reciben la formación y el apoyo adecuados, los adultos con este grado de retraso mental pueden vivir con cierta independencia. Pero la intensidad del apoyo debe establecerse para cada paciente y, en ocasiones, solo puede ser necesaria una pequeña ayuda para poder integrarse.
Se caracteriza por un cociente intelectual (CI) entre 20 y 35.
Como características del retraso mental severo, se puede destacar una discapacidad de aprendizaje incluso si se compara con un niño con un retraso menos intenso, especialmente en los casos en los que el coeficiente intelectual es inferior a 19. En estos casos, en general, el niño no puede aprender, hablar o entender en un grado se encuentra, requiriendo siempre un apoyo profesional especializado.
Expectativa de vida
La esperanza de vida de los niños con retraso mental puede ser menor y parece que cuanto más grave es el retraso mental, menor es la esperanza de vida.
Creado por: Equipo Editorial de Tua Saúde