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La rosácea ocular corresponde a enrojecimiento, lagrimeo y sensación de ardor en el ojo que puede ocurrir como resultado de la rosácea de la piel, que es una enfermedad de la piel caracterizada por enrojecimiento de la cara, especialmente de las mejillas. Esta situación ocurre en aproximadamente el 50% de los pacientes con rosácea, y es importante que el diagnóstico y el tratamiento se realicen rápidamente para evitar complicaciones.
Si bien los síntomas aparecen debido a la rosácea, es necesario que los síntomas se evalúen juntos, ya que por sí solos pueden llevar a otras conclusiones diagnósticas. Esto explica por qué la rosácea ocular se reconoce, diagnostica y trata mal.
Los síntomas de la rosácea ocular
La sintomatología de la rosácea ocular varía según el grado de evolución de la enfermedad, pudiendo clasificarse de leve a grave, pudiendo verse principalmente en el párpado, conjuntiva y córnea, siendo los más frecuentes:
- Enrojecimiento;
- Lagrimeo
- Sensación de ardor y ardor;
- Picor;
- Sensación de cuerpo extraño en los ojos;
- Visión borrosa;
- Inflamación de los párpados y las córneas;
- Quiste recurrente en los párpados;
- Ojos secos;
- Mayor sensibilidad a la luz.
El diagnóstico de rosácea ocular debe ser realizado por el médico en base a los síntomas oculares que presenta la persona y los síntomas que aparecen en la piel, ya que así es posible confirmar el diagnóstico de rosácea y rosácea ocular. Obtenga más información sobre la rosácea.
Como es el tratamiento
El tratamiento de la rosácea ocular se realiza con el objetivo de controlar los síntomas, ya que no existe cura para la rosácea. Por lo tanto, para reducir los síntomas oculares, el médico puede recomendar el uso de gotas oftálmicas antiinflamatorias para reducir el enrojecimiento y la hinchazón que puedan existir. Además, se pueden recomendar antibióticos y lágrimas artificiales para mantener los ojos hidratados.
La enfermedad puede tratarse y controlarse si la persona busca atención médica en las primeras etapas, de modo que el diagnóstico se haga temprano. Posteriormente, se indicará el tratamiento de acuerdo con la evolución de la enfermedad, con el objetivo de detener o, si es posible, revertir la afección. Es fundamental evitar los factores de riesgo que favorecen la manifestación de la rosácea y estar atento a los síntomas iniciales de la enfermedad.
Creado por: Equipo Editorial de Tua Saúde
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