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La sordera, o pérdida auditiva, es la pérdida total o parcial de la audición, lo que dificulta la comprensión y la comunicación de la persona afectada. Puede ocurrir por causas congénitas, cuando la persona nace con la discapacidad, o adquirido a lo largo de la vida, debido a una predisposición genética, trauma o enfermedad que afecte a este órgano.
La causa también determinará el tipo de sordera, que se clasifica en:
- Sordera de conducción o transmisión: ocurre cuando algo bloquea el paso del sonido al oído interno, ya que afecta al oído externo o medio por causas que generalmente son tratables o curables, como ruptura del tímpano, acumulación de cerumen, infecciones de oído o tumores, por ejemplo. Obtenga más información sobre este tipo de sordera;
- Sordera sensorineural o de percepción: es la causa más común, y surge por la afectación del oído interno, y el sonido no se procesa ni se transmite al cerebro, debido a causas como la degeneración de las células auditivas por la edad, exposición a sonidos muy fuertes, enfermedades circulatorias o metabólicas como hipertensión arterial o diabetes, tumores o enfermedades genéticas, por ejemplo.
También existe la sordera mixta, que se produce al unir los 2 tipos de sordera, al comprometer tanto el oído medio como el interno.
Síntomas principales
La discapacidad auditiva se caracteriza por una disminución en la capacidad de percibir sonidos, parcialmente, en los que aún puede persistir cierto grado de audición, o total. Esta pérdida auditiva se puede medir con un dispositivo llamado audiómetro, que mide los niveles de audición en decibeles.
Así, la sordera se puede clasificar por grados:
- Ligero: cuando la pérdida de audición es de hasta 40 decibeles, impide escuchar un sonido débil o lejano. La persona puede tener dificultad para entender una conversación y pedir que la frase se repita con frecuencia, siempre pareciendo distraída, pero no suele provocar cambios serios en el lenguaje;
- Moderada: es la pérdida de audición entre 40 y 70 decibelios, en la que solo se entienden los sonidos de alta intensidad, provocando dificultades en la comunicación, como retraso del lenguaje, y la necesidad de lectura de labios para una mejor comprensión;
- Grave: provoca una pérdida auditiva entre 70 y 90 decibeles, lo que permite la comprensión de algunos ruidos y voces intensos, haciendo que la percepción visual y la lectura de labios sean importantes para la comprensión;
- Profundo: es la forma más grave, y ocurre cuando la pérdida auditiva supera los 90 decibeles, impidiendo la comunicación y la comprensión del habla.
En caso de síntomas que indiquen hipoacusia, se debe acudir a la consulta con el otorrinolaringólogo, quien, además del examen de audiometría, realizará la evaluación clínica para determinar si es bilateral o unilateral, cuáles son las posibles causas y el tratamiento adecuado. Descubra en qué consiste el examen de audiometría.
Como se hace el tratamiento
El tratamiento de la sordera depende de su causa, como limpiar o drenar el oído cuando hay acumulación de cera o secreción, o realizar una cirugía en casos de tímpano perforado o para corregir alguna deformidad, por ejemplo.
Sin embargo, para recuperar la audición se puede recurrir al uso de audífonos o implantes de dispositivos electrónicos. Obtenga más información cuando sea necesario utilizar audífonos y los principales tipos. Tras indicar el audífono, el logopeda será el profesional encargado de orientar el uso, el tipo de dispositivo, además de adaptar y monitorizar el audífono para el usuario.
Además, algunos pacientes también pueden beneficiarse de algunas formas de rehabilitación que incluyen la lectura de labios o el lenguaje de señas, que mejoran la calidad de la comunicación y la interacción social de estas personas.
Causas de la hipoacusia
Algunas de las principales causas de la sordera incluyen causas adquiridas a lo largo de la vida, ya sean repentinas o graduales, como:
Los casos de sordera congénita ocurren cuando se transmiten durante el embarazo, como consecuencia del consumo de alcohol y drogas, desnutrición materna, enfermedades, como la diabetes, o incluso infecciones que surgen durante el embarazo, como sarampión, rubéola o toxoplasmosis. Obtenga más información sobre cómo identificar la pérdida auditiva en: Cómo saber si está perdiendo la audición.