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La hepatitis crónica es una inflamación del hígado que dura más de 6 meses y generalmente es causada por el virus de la hepatitis B, un tipo de virus que puede transmitirse por contacto directo con sangre u otras secreciones de una persona infectada. Sin embargo, la hepatitis crónica también puede tener otras causas, como la hepatitis C o incluso el consumo excesivo de alcohol, por ejemplo.
Aunque en la mayoría de los casos, la hepatitis crónica no causa ningún síntoma obvio y a menudo se identifica durante los exámenes de rutina, algunas personas pueden mostrar signos inexactos, como malestar general, disminución del apetito o cansancio frecuente sin razón aparente.
Aún así, incluso si no causa síntomas, la hepatitis siempre debe tratarse, ya que si continúa empeorando, puede causar complicaciones más graves, como cirrosis o insuficiencia hepática. Así, siempre que se sospeche un problema hepático, es recomendable consultar a un hepatólogo para valorar la presencia de un problema e iniciar el tratamiento más adecuado.
Síntomas principales
En más de la mitad de los casos, la hepatitis crónica no produce ningún síntoma evidente, desarrollándose gradualmente hasta que aparece la cirrosis, con síntomas como náuseas, vómitos, hinchazón del vientre, manos y piel enrojecidas y ojos amarillos.
Sin embargo, cuando existen síntomas, la hepatitis crónica puede causar:
- Sensación de malestar general constante;
- Disminucion del apetito;
- Cansancio frecuente sin motivo;
- Fiebre baja constante;
- Malestar en la parte superior derecha del abdomen.
Dado que es más común que la hepatitis crónica no presente síntomas, muchos casos se identifican solo durante los análisis de sangre de rutina. En estos casos, los valores de AST, ALT, Gamma-GT, fosfatasa alcalina y bilirrubina generalmente están aumentados.
Cómo confirmar el diagnóstico
Si el médico sospecha una hepatitis crónica, además de nuevos análisis de sangre más específicos para las enzimas hepáticas y los anticuerpos, también puede solicitar pruebas de imagen, como ecografía o tomografía computarizada.
También hay situaciones en las que se puede solicitar una biopsia, en las que se envía al laboratorio una pequeña muestra de tejido hepático para intentar confirmar la causa de la hepatitis o para intentar comprender el nivel de daño hepático, ayudando a ajustar mejor el tratamiento.
Posibles causas de hepatitis crónica
En la mayoría de los casos, la hepatitis crónica es causada por una infección con el virus de la hepatitis B, sin embargo, otras causas relativamente comunes incluyen:
- Virus de la hepatitis C;
- Virus de la hepatitis D;
- Consumo excesivo de alcohol;
- Enfermedades autoinmunes.
Aunque es más raro, la hepatitis crónica también puede ser causada por el uso de algunos tipos de medicamentos, especialmente isoniazida, metildopa o fenitoína. Cuando esto sucede, suele ser suficiente cambiar la medicación para que mejore la inflamación del hígado.
Vea algunos síntomas que pueden indicar una infección por el virus de la hepatitis C o de la hepatitis B.
Como se hace el tratamiento
El tratamiento de la hepatitis crónica depende de la gravedad del daño hepático y sus causas. Sin embargo, es relativamente común que el tratamiento comience con el uso de algún tipo de corticosteroides para disminuir la inflamación y mejorar los síntomas, hasta que se conozca la causa específica.
Una vez que se ha identificado la causa, el tratamiento debe ser adecuado para curar la enfermedad siempre que sea posible y evitar que surjan complicaciones. Así, en el caso de la hepatitis causada por el virus de la hepatitis B o C, el médico puede aconsejar el uso de algunos medicamentos antivirales, ya que si la hepatitis es causada por una enfermedad autoinmune, es importante iniciar tratamiento para esta enfermedad, y si es causada debido al exceso de alcohol o al uso de medicamentos, se debe suspender su uso.
Al mismo tiempo, también puede ser necesario tratar algunas complicaciones que surgen con el aumento de la inflamación, como la encefalopatía o la acumulación de líquidos en el abdomen.
En los casos más graves, donde las lesiones hepáticas están muy avanzadas, suele ser necesario un trasplante de hígado. Comprenda cómo se realiza el trasplante y cómo y la recuperación.
Creado por: Equipo Editorial de Tua Saúde
Bibliografía>
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