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La hernia diafragmática surge cuando existe un defecto en el diafragma, que es el músculo que ayuda a respirar y que se encarga de separar los órganos del pecho y el abdomen. Este defecto hace que los órganos del abdomen pasen al tórax, lo que puede no provocar síntomas ni provocar complicaciones graves como dificultades respiratorias, infecciones pulmonares o alteraciones digestivas, por ejemplo.
Una hernia del diafragma puede surgir tanto durante el desarrollo del bebé en el útero materno, dando lugar a una hernia congénita, pero también puede adquirirse a lo largo de la vida, como por traumatismo en el pecho o por complicación de una cirugía o infección en la región. Comprende cómo se forma una hernia.
La identificación de este problema se realiza a través de pruebas de imagen como radiografías o tomografía computarizada. El tratamiento de la hernia diafragmática lo realiza el cirujano general o cirujano pediatra, mediante cirugía o videocirugía.
Tipos principales
La hernia diafragmática puede ser:
1. Hernia diafragmática congénita
Es una alteración poco frecuente, que surge por defectos en el desarrollo del diafragma del bebé incluso durante el embarazo, y puede aparecer de forma aislada, por causas inexplicables, o estar asociada a otras enfermedades, como los síndromes genéticos.
Los principales tipos son:
- Hernia de Bochdalek: es la responsable de la gran mayoría de los casos de hernias diafragmáticas, y suele aparecer en la región detrás y en el costado del diafragma. La mayoría se ubican a la izquierda, algunas aparecen a la derecha y una minoría aparece a ambos lados;
- Hernia de Morgani: resultado de un defecto en la región anterior, en la parte frontal del diafragma. De estos, la mayoría están más a la derecha;
- Hernia de hiato esofágica: surgen por el ensanchamiento excesivo del orificio por el que pasa el esófago, lo que puede provocar el paso del estómago al tórax. Comprenda mejor cómo surge la hernia de hiato, los síntomas y el tratamiento.
Dependiendo de su gravedad, la formación de una hernia puede ocasionar graves consecuencias para la salud del recién nacido, ya que los órganos abdominales pueden ocupar el espacio de los pulmones, provocando cambios en el desarrollo de estos, y también de otros órganos como el intestino, el estómago o el corazón. , por ejemplo.
2. Hernia diafragmática adquirida
Ocurre cuando hay una ruptura del diafragma debido a un traumatismo en el abdomen, como después de un accidente o una perforación con un arma, por ejemplo, yo debido a una cirugía de pecho o incluso una infección en el sitio.
En este tipo de hernia se puede afectar cualquier localización del diafragma, y al igual que en la hernia congénita, esta rotura en el diafragma puede hacer que el contenido del abdomen pase por el pecho, especialmente el estómago y los intestinos.
Esto puede resultar en una circulación sanguínea deficiente a estos órganos y, en estos casos, puede causar serios riesgos para la salud de la persona afectada si no se corrige rápidamente con cirugía.
Cómo identificar
En el caso de las hernias que no son graves, puede que no haya síntomas, por lo que puede permanecer durante muchos años antes de ser descubierta. En otros casos, es posible tener signos y síntomas como dificultad para respirar, cambios intestinales, reflujo, acidez de estómago y mala digestión.
La hernia diafragmática se diagnostica mediante exámenes por imágenes del abdomen y el tórax, como radiografías, ultrasonido o tomografía computarizada, que pueden demostrar la presencia de contenido inadecuado dentro del tórax.
Como se hace el tratamiento
El tratamiento de la hernia diafragmática es la cirugía, capaz de reintroducir el contenido del abdomen en su ubicación habitual, además de corregir el defecto en el diafragma.
El procedimiento quirúrgico se puede realizar con la ayuda de cámaras e instrumentos introducidos a través de pequeños orificios en el abdomen, que es cirugía laparoscópica, o por la forma convencional, si se trata de una hernia grave. Sepa cuándo está indicada la cirugía laparoscópica y cómo se realiza.
Creado por: Equipo Editorial de Tua Saúde