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La rodilla en valgo, o género valgo, es cuando las rodillas están desalineadas, mirando hacia adentro, tocándose entre sí. Este cambio se puede notar a partir de los 8 años, pues hasta esta etapa lo más común es que las piernas se arqueen hacia afuera. Esta condición también se conoce popularmente como 'piernas en forma de X' y 'piernas en tijera'.
La rodilla en valgo aumenta las cargas en el interior de las rodillas, siendo más vista en mujeres y sus causas incluyen:
- Malformación y desarrollo de las piernas;
- Rigidez del tobillo;
- Ejercicios físicos mal realizados, como sentadillas;
- Factores genéticos;
- Enfermedades, como el escorbuto y el raquitismo, en las que la deficiencia de vitaminas provoca debilidad ósea.
Los niños generalmente nacen con una rodilla en valgo o varo, pero esto se corrige a medida que crecen. Si no hay corrección, la rodilla en valgo puede favorecer la aparición de esguinces, artrosis, tendinitis y bursitis. Comprenda la diferencia entre tendinitis y bursitis y cómo tratarla.
Cómo identificar
Para identificar la rodilla en valgo, se deben observar las piernas del individuo en posición de pie, manteniendo el cuerpo erguido y los pies paralelos.
Esta desviación de las rodillas no siempre provoca dolor o molestias, aunque puede aumentar el riesgo de artrosis en esta articulación, luxación rotuliana, estiramiento del ligamento colateral medial, aumenta la tracción lateral del cuádriceps
Como se hace el tratamiento
El tratamiento para corregir la rodilla en valgo se realiza con ejercicios correctivos indicados por el fisioterapeuta, con mejores resultados cuando se realizan en niños y adolescentes. También puede estar indicado el uso de plantillas ortopédicas, ya que favorecen la realineación del tobillo y los pies y, en consecuencia, evitan la desalineación de las rodillas.
Ejercicios
Los ejercicios correctivos para la rodilla en valgo consisten en fortalecer los músculos de la parte anterior y lateral del muslo: semitendinoso, semimembranáceo, gracilis, sartorio, vasto medial y bíceps femoral, y se deben estirar los músculos de la pierna lateral y posterior, a modo de tensor. fascia lata, bíceps femoral y estructuras laterales de la rodilla.
Es recomendable evitar cierto tipo de ejercicios, como correr y hacer sentadillas, y disminuir la intensidad y el ritmo de la actividad física.