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La infección hospitalaria o infección relacionada con la atención médica (HAI) se define como cualquier infección adquirida mientras la persona está hospitalizada y aún puede manifestarse durante la hospitalización o después del alta, siempre que esté relacionada con la hospitalización u hospitalización. procedimientos realizados en el hospital.
Contraer una infección en el hospital no es infrecuente, ya que se trata de un entorno en el que muchas personas están enfermas y reciben tratamiento con antibióticos. Durante el período en un hospital, algunos de los principales factores que causan la infección son:
- Desequilibrio en la flora bacteriana de la piel y el cuerpo, generalmente debido al uso de antibióticos;
- Caída en la defensa del sistema inmunológico de la persona hospitalizada, tanto por la enfermedad como por el uso de medicamentos;
- Realización de procedimientos invasivos como inserción de catéter, inserción de catéter, biopsias, endoscopia o cirugía, por ejemplo, que rompan la barrera protectora de la piel.
Generalmente, los microorganismos que provocan la infección hospitalaria no provocan infecciones en otras situaciones, ya que aprovechan el entorno con pocas bacterias inocuas y la caída en la resistencia del paciente a asentarse. A pesar de esto, las bacterias hospitalarias suelen desarrollar infecciones graves y difíciles de tratar, ya que son más resistentes a los antibióticos, por lo que en general es necesario utilizar antibióticos más potentes para curar este tipo de infecciones.
Tipos de infección nosocomial
Las infecciones relacionadas con el entorno sanitario se pueden clasificar en algunos tipos según el microorganismo y la forma de entrada al organismo. Así, IRAS se puede clasificar en:
- Endógena, en la que la infección es provocada por la proliferación de los propios microorganismos de la persona, siendo más frecuente en personas con un sistema inmunológico más comprometido;
- Exógena, en la que la infección es causada por un microorganismo que no forma parte de la microbiota de la persona, siendo adquirido a través de manos de profesionales de la salud o como resultado de procedimientos, medicamentos o alimentos contaminados;
- Cruzada, que es común cuando hay varios pacientes en una misma UCI, favoreciendo la transmisión de microorganismos entre personas hospitalizadas;
- Interhospitalarios, que son infecciones que se trasladan de un hospital a otro. Es decir, la persona adquiere la infección en el hospital donde fue dado de alta, pero ingresó en otro.
Es importante que se identifique el tipo de infección hospitalaria para que la Comisión de Control de Infecciones del hospital defina las medidas de prevención y control de microorganismos en el hospital.
Cómo se hace el control
El control de las IAAS lo realiza la Comisión de Control de Infecciones Hospitalarias (CCIH), que corresponde a un grupo formado por profesionales de la salud cuya función es elaborar el estudio de las características epidemiológicas del hospital y elaborar un programa de control de infecciones hospitalarias con el objetivo Reducir al máximo el número de infecciones adquiridas en el hospital, así como la tasa de microorganismos multirresistentes.
La CCIH es adecuada de acuerdo a las características del hospital y sus necesidades, siendo las principales actividades desarrolladas por este comité:
- Desarrollo de reglas y rutinas para la limpieza y desinfección de ambientes, estableciendo la frecuencia, tipo de desinfectante, especialmente en áreas críticas, como guarderías, quirófanos o UCI, por ejemplo;
- Determinación de reglas para pacientes, visitantes y profesionales, para reducir el riesgo de infecciones, como limitar el número de visitantes, establecer estándares y capacitaciones para la higiene, recolectar exámenes, aplicar medicamentos, realizar vendajes o preparar alimentos, por ejemplo ;
- Estimulación de las medidas de higiene, principalmente de las manos, que son uno de los principales vehículos de transmisión de microorganismos, con lavados frecuentes, o con el uso de gel de alcohol. Se deben implementar medidas de lavado de manos tanto para los acompañantes de los pacientes como para el equipo médico, siendo importante el seguimiento de esta práctica;
- Directrices para el uso correcto de antibióticos, evitando que los pacientes sean tratados con antibióticos innecesariamente o con antimicrobianos de amplio espectro, evitando así el desarrollo de bacterias multirresistentes;
- Orientación sobre el uso de productos químicos para eliminar microorganismos, como germicidas, desinfectantes, antisépticos, agentes de limpieza;
- Realización de la vigilancia de los casos de infección, para conocer las causas y desarrollar formas de prevención.
Para disminuir la tasa de infección de un hospital, se debe tener cuidado básico con todos los pacientes, independientemente de su diagnóstico y tratamiento. Además, es importante fomentar el alta hospitalaria siempre que sea posible, evitando permanecer en el hospital durante un tiempo prolongado, ya que las posibilidades de infección aumentan con el tiempo.
Las actividades que realiza la CCIH se llevan a cabo con el objetivo principal de promover la seguridad del paciente a través de medidas encaminadas a disminuir el riesgo de infección del paciente, como por ejemplo, sensibilizar a acompañantes y personal médico sobre la correcta higiene de las manos, ya que las manos son consideradas las principales vías de transmisión y contagio por microorganismos. Aprenda a lavarse las manos correctamente.
Infecciones más frecuentes
Las infecciones intrahospitalarias pueden provocar la aparición de signos y síntomas que varían según el microorganismo responsable de la infección y la vía de entrada al organismo. Las infecciones más frecuentes en el ámbito hospitalario son:
1. Neumonía
La neumonía adquirida en el hospital suele ser grave y más común en personas postradas en cama, inconscientes o que tienen dificultad para tragar, debido al riesgo de aspiración de alimentos o saliva. Además, las personas que usan ayudas respiratorias tienen más probabilidades de contraer una infección nosocomial.
Algunas de las bacterias más comunes en este tipo de neumonía sonKlebsiella pneumoniae, Enterobacter sp., Pseudomonas aeruginosa, Acinetobacter baumannii, Staphylococcus aureus, Legionella sp., además de algunos tipos de virus y hongos.
Principales síntomas: Los principales síntomas asociados con la neumonía hospitalaria son dolor en el pecho, tos con secreción amarillenta o sanguinolenta, fiebre, cansancio, falta de apetito y dificultad para respirar.
2. Infección urinaria
La infección del tracto urinario hospitalario se facilita mediante el uso de una sonda durante la estancia hospitalaria, aunque cualquiera puede desarrollarla. Algunas de las bacterias más involucradas en esta situación incluyen Escherichia coli, Proteus sp., Pseudomonas aeruginosa, Klebsiella sp., Enterobacter sp., Enterococcus faecalis y hongos, como Candida sp.
Principales síntomas: La infección del tracto urinario se puede identificar por dolor o ardor al orinar, dolor abdominal, presencia de sangre en la orina y fiebre.
3. Infección cutánea
Las infecciones de la piel son muy frecuentes debido a la aplicación de inyecciones y accesos venosos para medicamentos o muestras de exámenes, cicatrices de cirugía o biopsia o la formación de escaras. Algunos de los microorganismos implicados en este tipo de infección sonStaphylococcus aureus, Enterococcus, Klebsiella sp., Proteus sp., Enterobacter sp., Serratia sp., Streptococcus sp. y Staphylococcus epidermidis, por ejemplo.
Principales síntomas: En el caso de infección cutánea, puede haber una zona de enrojecimiento e hinchazón en la región, con o sin presencia de ampollas. Generalmente, el sitio es doloroso y caliente, y puede haber una producción de secreción purulenta y maloliente.
4. Infección sanguínea
La infección del torrente sanguíneo se llama septicemia y generalmente surge después de una infección en alguna parte del cuerpo, que se propaga a través del torrente sanguíneo. Este tipo de infección es grave y, si no se trata rápidamente, puede provocar rápidamente insuficiencia orgánica y riesgo de muerte. Cualquiera de los microorganismos de las infecciones puede diseminarse a través de la sangre y algunos de los más comunes son E. coli, Staphylococcus aureus, Staphylococcus epidermidis o Candida, por ejemplo.
Síntomas principales: Los principales síntomas relacionados con la infección de la sangre son fiebre, escalofríos, caída de la presión, latidos cardíacos débiles, somnolencia. Aprenda a identificar la infección en su sangre.
También existen varios otros tipos menos comunes de infecciones hospitalarias, que afectan a diversas regiones del cuerpo, como la cavidad bucal, el tracto digestivo, los genitales, los ojos o los oídos, por ejemplo. Cualquier infección hospitalaria debe ser rápidamente identificada y tratada con los antibióticos adecuados, para evitar que se agrave y ponga en peligro la vida de la persona, por lo que ante cualquier signo o síntoma de esta situación se debe informar al médico responsable.
Quién está más en riesgo
Cualquiera puede desarrollar una infección nosocomial, sin embargo, aquellos con mayor fragilidad inmunológica tienen un mayor riesgo, como:
- Personas mayores;
- Recién nacidos;
- Personas con inmunidad deteriorada, debido a enfermedades como el sida, postrasplante o el uso de fármacos inmunosupresores;
- Diabetes mellitus mal controlada;
- Personas postradas en cama o con alteración de la conciencia, ya que tienen un mayor riesgo de aspiración;
- Enfermedades vasculares, con alteración de la circulación, ya que dificulta la oxigenación y la cicatrización de los tejidos;
- Pacientes que necesitan dispositivos invasivos, como cateterismo urinario, inserción de catéter venoso, uso de ventilación por dispositivos;
- Realización de cirugías.
Además, cuanto más prolongada es la estancia hospitalaria, mayor es el riesgo de adquirir una infección hospitalaria, ya que existe una mayor posibilidad de exposición a los riesgos y microorganismos responsables.