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El consumo excesivo de hígado puede agravar problemas como la gota y el colesterol alto por su alto contenido en colesterol, además de perjudicar el desarrollo del feto durante el embarazo por el exceso de vitamina A.
Además, el hígado es el órgano encargado de procesar las toxinas de los medicamentos y los metales pesados en los alimentos, lo que puede provocar que el individuo que consume mucho hígado acabe acumulando estas malas sustancias en su organismo.
Comprender mejor las 5 razones para reducir el consumo de esta carne:
1. Tiene un alto contenido de colesterol
El hígado es el responsable de la producción de colesterol en el organismo, por lo que tiene unas 6 veces más colesterol que un bife a la plancha, por ejemplo. Por tanto, su consumo excesivo puede ocasionar problemas como colesterol alto, problemas cardíacos y sobrepeso.
Así, lo ideal es consumir hígado solo una vez a la semana para evitar estas complicaciones.
2. Puede dañar el embarazo
El hígado contiene grandes cantidades de vitamina A, que puede provocar malformaciones en el feto cuando se consume en exceso, especialmente en el primer trimestre del embarazo. Por lo tanto, las mujeres embarazadas deben evitar consumir hígado y otros órganos animales, comiendo solo pequeñas cantidades si surge el deseo.
3. Empeora la gota
Debido a que es rico en proteínas que contienen purinas, la sustancia responsable de aumentar el ácido úrico en el cuerpo, el hígado ayuda a empeorar los síntomas de la gota. En estos casos, es recomendable evitar por completo el consumo de hígado, incluso en pequeñas cantidades. Vea qué alimentos están permitidos y prohibidos para reducir el ácido úrico.
4. Exceso de toxinas
Por ser el lugar donde se filtran y eliminan las toxinas del organismo, el hígado acaba almacenando gran parte de estas sustancias que forman parte de los productos alimenticios o del ganado, como cereales procesados, antibióticos, vacunas, plaguicidas para pasto, agua contaminada y hormonas.
Para evitar este problema, el hígado debe consumirse como máximo 1 vez a la semana, preferiblemente de animales que no hayan sido tratados con antibióticos u hormonas.
5. Metales pesados
Además de las toxinas, el hígado también acumula metales pesados que pueden contaminar y dañar el cuerpo, como mercurio, plomo, arsénico y cadmio. Estos metales perjudican el funcionamiento de órganos como los pulmones y las articulaciones, y están presentes principalmente en animales que crecen cerca de fábricas de metales o productos químicos.
Para evitar este problema hay que buscar conocer el origen de la creación del animal y preferir la carne orgánica, donde los animales se crían sueltos en espacios bien cuidados y sin el uso de medicinas.
¿Que hacer?
En definitiva, las personas que gustan del hígado deben comprarlo a productores orgánicos y consumirlo como máximo una vez a la semana, recordando llevar una dieta equilibrada rica en frutas y verduras, que aportará antioxidantes y ayudará a la desintoxicación del organismo. .
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