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El síndrome de Irlen, también llamado síndrome de sensibilidad escotópica, es una situación caracterizada por una visión alterada, en la que las letras parecen moverse, vibrar o desaparecer, además de tener dificultad para enfocar las palabras, dolor ocular, sensibilidad a luz y dificultad para identificar objetos tridimensionales.
Este síndrome se considera hereditario, es decir, se transmite de padres a hijos y el diagnóstico y tratamiento se basan en los síntomas presentados, la valoración psicológica y los resultados del examen ocular.
Síntomas principales
Los síntomas del Síndrome de Irlen suelen aparecer cuando la persona es sometida a diversos estímulos visuales o luminosos, siendo más frecuente en niños que inician la escuela, por ejemplo. Sin embargo, los síntomas pueden aparecer a cualquier edad como consecuencia de la exposición a la luz solar, los faros de los coches y las luces fluorescentes, por ejemplo, siendo los principales:
- Fotofobia;
- Intolerancia al fondo blanco de una hoja de papel;
- Sensación de visión borrosa
- Sensación de que las letras se mueven, vibran, se aglomeran o desaparecen;
- Dificultad para distinguir dos palabras y concentrarse en un grupo de palabras. En tales casos, la persona puede concentrarse en un grupo de palabras, sin embargo, lo que está a su alrededor es borroso;
- Dificultad para identificar objetos tridimensionales;
- Dolor en los ojos;
- Cansancio excesivo;
- Dolor de cabeza.
Debido a la dificultad para identificar objetos tridimensionales, las personas con Síndrome de Irlen tienen dificultades para realizar actividades cotidianas sencillas, como subir escaleras o practicar algún deporte, por ejemplo. Además, los niños y adolescentes que padecen el síndrome pueden tener un desempeño deficiente en la escuela, debido a la dificultad para ver, la falta de concentración y comprensión.
Tratamiento para el síndrome de Irlen
El tratamiento del Síndrome de Irlen se establece tras una serie de evaluaciones educativas, psicológicas y oftalmológicas, debido a que los síntomas son más frecuentes en la edad escolar y se pueden identificar cuando el niño empieza a tener dificultades de aprendizaje y bajo rendimiento escolar, pudiendo ser indicativo no solo del síndrome de Irlen, sino también de otros problemas de visión, dislexia o deficiencias nutricionales, por ejemplo.
Después de la evaluación del oftalmólogo y la confirmación del diagnóstico, el médico puede indicar la mejor forma de tratamiento, que puede variar según los síntomas. Como este síndrome puede manifestarse de diferentes formas entre las personas, el tratamiento también puede variar, sin embargo algunos médicos indican el uso de filtros de colores para que la persona no sienta molestias visuales al exponerse a brillos y contrastes, mejorando la calidad de vida.
A pesar de ser el tratamiento más utilizado, la Sociedad Brasileña de Oftalmología Pediátrica afirma que este tipo de tratamiento no tiene efectividad científicamente probada y no debe utilizarse. Por ello, se recomienda que la persona con Síndrome de Irlen esté acompañada de profesionales, evite ambientes luminosos y realice actividades que estimulen la visión y la concentración. Conozca algunas actividades para mejorar la atención de su hijo.
Creado por: Equipo Editorial de Tua Saúde
Bibliografía>
- SOCIEDAD BRASILEÑA DE OFTALMOLOGÍA PEDIÁTRICA. Opinión de la Sociedad Brasileña de Oftalmología Pediátrica sobre el Síndrome de Irlen y la falta de evidencia científica para recomendar el uso de lentes de colores o filtros para esta situación. 2017. Disponible en :. Accedido el 11 de diciembre de 2018
- BICALHO, Luíza F. et. Alabama. Síndrome de Irlen: una mirada de cerca al funcionamiento del cerebro durante la lectura. Acta Biomedica Brasiliensia. Vol. 6, 35-44, 2015