Contenido
- La hipertensión es una condición crónica caracterizada por un aumento de la presión arterial por encima de 140x90 mmHg.
- No suele haber síntomas, pero en algunos casos pueden aparecer dolores de cabeza, cambios en la visión o mareos.
- Las causas más comunes son una dieta rica en sal y la falta de ejercicio regular, pero también puede ocurrir por algún problema de salud.
- El diagnóstico puede llevar un poco de tiempo, pero generalmente lo hace el médico de cabecera después de varias mediciones de la presión arterial en el consultorio.
- El tratamiento siempre incluye cuidados con los alimentos, como reducir la cantidad de sal, pero también puede ser necesario realizarlo con medicamentos para la presión arterial alta.
¿Qué es la hipertensión?
La hipertensión, conocida popularmente como presión arterial alta, se caracteriza por una presión arterial superior a 140 x 90 mmHg, que se mantiene en varias mediciones, realizadas en diferentes días.
La hipertensión ocurre cuando la sangre tiene dificultad para circular en los vasos sanguíneos y, por lo tanto, el corazón necesita latir más fuerte para que la sangre pase por todo el cuerpo.
Este tipo de alteración se considera una de las enfermedades más comunes en la población y suele ocurrir por una dieta desequilibrada y falta de ejercicio físico, aunque también puede ocurrir por la presencia de otros problemas de salud como enfermedades renales o trastornos cardíacos.
Principales síntomas de hipertensión
La hipertensión, o presión arterial alta, es una condición silenciosa que en la mayoría de los casos no causa ningún síntoma. Por esta razón, es muy común tener hipertensión durante varios años antes de que aparezcan los síntomas.
Aún así, cuando ocurren picos cuando la presión arterial aumenta muy repentinamente, pueden aparecer síntomas de presión arterial alta, como:
- Mareo y mareo;
- Dolor de cabeza;
- Somnolencia;
- Zumbido en el oído;
- Cambios de visión;
- Respiración dificultosa.
Siempre que aparezca alguno de estos síntomas es muy importante concertar cita con el médico de cabecera para valorar la posibilidad de padecer hipertensión, iniciando el tratamiento adecuado. Además, hay algunas medidas que se pueden tomar durante un pico de hipertensión que ayudan a regular la presión arterial, como intentar relajarse o tomar el medicamento para la presión recetado por el médico.
La mejor manera de identificar la hipertensión es tomar mediciones periódicas de la presión arterial para identificar cuándo está por encima de 140 x 90 mmHg. Por tanto, una buena estrategia puede ser chequeos De 2 a 3 veces al año con el médico de cabecera o de familia, por ejemplo.
¿Qué causa la hipertensión?
La hipertensión surge siempre que hay algún cambio que provoca dificultad para que la sangre circule por los vasos sanguíneos, aumentando la presión que el corazón necesita hacer para que la sangre circule correctamente. Sin embargo, según el tipo de hipertensión, existen diferentes causas:
Hipertensión primaria
La hipertensión primaria es aquella que surge con el tiempo sin estar relacionada con ningún problema de salud ni con el uso de ningún tipo de sustancia o medicación y, por tanto, la causa es más difícil de identificar.
Este es el tipo de hipertensión más común y suele estar relacionado con factores como:
- Genética: algunas personas y familias tienen más probabilidades de tener presión arterial alta;
- Mala alimentación: una dieta poco saludable, como una ingesta elevada de sal, azúcar y frituras, puede provocar cambios que aumenten la presión arterial;
- Falta de actividad física: el ejercicio físico es importante para mantener el buen funcionamiento del corazón y para regular la presión arterial.
Además, la edad también puede provocar un aumento de la presión arterial debido a la disminución de la elasticidad de los vasos sanguíneos. Es por esta razón que la hipertensión también es más común en los ancianos.
Hipertensión secundaria
La hipertensión secundaria es más rara, pero generalmente tiene causas más fáciles de identificar, como:
- Nefropatía;
- Problemas cardíacos;
- Trastornos de la tiroides;
- Uso de algunos medicamentos;
- Consumo excesivo de bebidas alcohólicas;
- Enfermedades hormonales.
Cuando es normal tener presión arterial alta
La presión arterial alta no siempre es mala, ni significa que tenga hipertensión. Es normal que el aumento de la presión arterial se produzca en personas completamente sanas, en situaciones transitorias como hacer ejercicio, sentir algo de dolor, tomar café o vivir una situación estresante, por ejemplo.
Sin embargo, se espera que la presión disminuya poco después de estas situaciones. Si la presión permanece alta durante varios días, o si ocurre con mucha regularidad sin ninguna causa aparente, es importante acudir al médico, para evaluar si realmente puede tratarse de una situación de hipertensión arterial.
Cómo se confirma el diagnóstico
Dado que hay varias situaciones cotidianas que pueden aumentar la presión arterial sin que signifique que tenga hipertensión, el diagnóstico no se puede hacer con solo una medición de la presión arterial.
Por lo tanto, para confirmar el diagnóstico es importante que se realicen al menos 3 mediciones de presión arterial en tres días diferentes con un intervalo mínimo de una semana entre cada medición.Además, es importante que las mediciones las realice un profesional de la salud, ya que es necesario saber medir correctamente la presión arterial para evitar errores a la hora de evaluar los resultados.
Algunos médicos también pueden pedirle a la persona que se tome algunas medidas en casa o en la farmacia para descartar la posibilidad de que la presión arterial aumente en el consultorio debido al síndrome de la bata blanca.
Cuando se sospecha hipertensión, el médico también puede aconsejarle que realice otras pruebas que ayuden a identificar una posible causa, como análisis de orina, análisis de sangre, electrocardiograma o ecografía renal.
Cómo entender el valor de la presión arterial.
Para comprender el valor de la presión arterial, debe conocer los dos valores:
- Presión sistólica: suele ser el valor más alto de la medición (por ejemplo, 135 mmHg) y representa la presión que se ejerce en las arterias cuando el corazón late;
- Presión diastólica: este es el valor más bajo (por ejemplo, 65 mmHg) y representa la presión en las paredes arteriales entre cada latido del corazón.
Después de la medición, la presión arterial se clasifica de acuerdo con esta tabla:
Clasificación | Presión sistólica (mmHg) | Diastólica (mmHg) |
Excelente | < 120 | < 80 |
Normal | < 130 | < 85 |
Límite | 130 hasta 139 | 85 hasta 89 |
Hipertensión en etapa 1 | 140 hasta 159 | 90 hasta 99 |
Hipertensión en etapa 2 | 160 hasta 179 | 100 hasta 109 |
Hipertensión en etapa 3 | >= 180 | >= 110 |
Cuanto mayor sea el estadio de la hipertensión, mayor será el riesgo de complicaciones graves. Las personas con presión límite e hipertensión en etapa 1 pueden regular la presión con solo unos pocos cambios en el estilo de vida, mientras que las personas con hipertensión en etapa 2 y 3 generalmente necesitan usar medicamentos recetados.
Cómo se debe realizar el tratamiento
El tratamiento de la hipertensión varía según el tipo de hipertensión. Esto se debe a que, en el caso de la hipertensión secundaria, es muy importante identificar la causa e iniciar un tratamiento específico para corregir la enfermedad o problema que está en el origen de la hipertensión arterial.
En situaciones de hipertensión primaria, que es el tipo más común, suelen ser necesarios cambios de estilo de vida e incluso medicación para regular directamente la presión:
1. Remedios para la hipertensión arterial
Aunque existen varios remedios capaces de bajar la presión arterial, generalmente solo los indica el médico cuando no es posible regular la presión arterial solo con cambios en el estilo de vida como mejorar la dieta y hacer ejercicio regularmente. En estos casos, los fármacos más utilizados incluyen:
- Diuréticos, como furosemida, hidroclorotiazida o espironolactona;
- Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), como captopril, enalapril o ramipril;
- Antagonistas de los receptores de angiotensina, como losartan, valsartan o telmisartan;
- Betabloqueantes, como propranolol, atenolol o carvedilol;
- Bloqueadores de los canales de calcio, como amlodipina, nifedipina o nicardipina;
- Vasodilatadores, como minoxidil o hidralazina.
Estos medicamentos pueden usarse solos o en combinación, pero siempre deben usarse junto con cambios en el estilo de vida para asegurar un mejor efecto sobre la presión arterial.
2. Dieta para la hipertensión arterial
La dieta para la hipertensión es uno de los cambios más importantes para ayudar a reducir la presión arterial. Es importante comer alimentos saludables, variados y bajos en sal, azúcar y altos en grasas.
Por tanto, es importante dar preferencia a las frutas, verduras, cereales y proteínas magras, como carnes blancas y pescados, por ejemplo.
3. Práctica regular de ejercicio físico
Junto con la dieta, otro cambio de estilo de vida indispensable es la actividad física regular durante al menos 30 minutos, de 3 a 5 veces por semana. Los ejercicios más específicos para mantener la salud vascular son los aeróbicos, como correr, caminar, andar en bicicleta o nadar, por ejemplo.
4. Remedios naturales para la hipertensión arterial
Para complementar el tratamiento guiado por el médico también existen algunos remedios naturales que ayudan a regular la presión arterial. Algunos ejemplos son el agua de ajo, el té de hojas de olivo o el té de valeriana.
Estos remedios siempre deben usarse con el conocimiento del médico y bajo la guía de un naturópata.
Hipertensión durante el embarazo
La hipertensión es una condición que también puede presentarse durante el embarazo, y que debe estar bien controlada para evitar la aparición de complicaciones que pongan en riesgo la vida de la embarazada o del bebé.
Una complicación que puede surgir con el aumento de la presión arterial durante esta fase es la preeclampsia, que se caracteriza por un aumento constante de la presión arterial y lesiones en diferentes órganos del cuerpo, especialmente riñones, pulmones e hígado, además de aumentar el riesgo. prematuridad y aborto.
Cuando una mujer sospecha de hipertensión arterial durante el embarazo, debe consultar al obstetra e iniciar el tratamiento adecuado, que suele incluir el uso de medicamentos y cambios en la dieta, para evitar todas las complicaciones.
Posibles complicaciones de la hipertensión
Cuando la hipertensión no se identifica y trata adecuadamente, pueden pasar varios años en los que la presión permanece alta y crea pequeñas lesiones en los vasos y órganos de todo el cuerpo. Por esta razón, existen varias complicaciones graves de la hipertensión, como:
Enfermedades cardíacas
El aumento de la presión arterial hace que el corazón necesite bombear más fuerte para poder enviar sangre a todo el cuerpo. Cuando esto sucede durante varios años seguidos, pueden surgir varios problemas como:
- Insuficiencia cardíaca;
- Arritmia;
- Angina de pecho.
Además, las personas con hipertensión no controlada también tienen un mayor riesgo de desarrollar aneurismas aórticos e incluso infarto.
Cambios cerebrales
Debido al aumento de la presión arterial dentro de los vasos del cerebro, pueden ocurrir varias lesiones a nivel cerebral, que pueden ocasionar cambios como problemas de memoria, dificultad para aprender e incluso dificultad para hablar.
Además, la presión arterial alta puede provocar una disminución en la cantidad de oxígeno que llega al cerebro, aumentando el riesgo de accidente cerebrovascular isquémico.
Problemas de riñon
El aumento de la presión arterial también puede dañar los frágiles vasos sanguíneos del riñón, aumentando el riesgo de desarrollar insuficiencia renal.
Cómo prevenir la hipertensión arterial
La mejor forma de prevenir la hipertensión arterial es llevar un estilo de vida saludable. Por esta razón, algunas acciones que pueden disminuir en gran medida el riesgo de hipertensión incluyen:
- Consuma una dieta sana, equilibrada y baja en sal;
- Evite el exceso de peso corporal;
- Haga ejercicio físico con regularidad, de 3 a 5 veces por semana;
- Evite el consumo excesivo de bebidas alcohólicas.
También es importante tener un control regular de la presión arterial, al menos 2 o 3 veces al año, así como controles anuales con el médico, para identificar las condiciones que pueden aumentar el riesgo de hipertensión arterial.