Contenido
La erección dolorosa y persistente, conocida científicamente como priapismo, es una situación de emergencia que puede surgir como complicación del uso de algunos medicamentos o trastornos sanguíneos, como coágulos sanguíneos, anemia falciforme o leucemia, por ejemplo.
Dado que este cambio provoca una erección que no desaparece, pueden producirse lesiones en el pene por exceso de sangre y, por tanto, el tratamiento debe realizarse lo antes posible en el hospital.
Generalmente, el hombre es capaz de recuperarse por completo sin tener ningún tipo de secuelas, sin embargo, es importante acudir a urgencias lo antes posible para evitar la aparición de lesiones.
Cómo identificar
Los síntomas pueden variar según el tipo de priapismo, siendo el priapismo isquémico, que es el más peligroso, provocando:
- Erección que dura más de 4 horas, sin necesidad de estar relacionada con el deseo sexual;
- Cuerpo del pene muy duro, pero con punta blanda;
- Dolor intenso que puede empeorar con el tiempo.
En el caso del priapismo no isquémico, los síntomas son similares, pero no hay dolor. Sin embargo, ambas situaciones corren el riesgo de provocar un daño permanente en el pene, lo que puede resultar en disfunción eréctil, y se recomienda acudir al hospital cuando la erección provoca dolor y tarda más de 1 hora en desaparecer tras finalizar el estímulo.
Porque sucede
La erección es un proceso natural que se produce cuando existe un estímulo físico o psicológico, debido al aumento de la circulación sanguínea hacia el pene, lo que provoca un aumento de tamaño. Normalmente, la erección desaparece a los pocos minutos del placer sexual o después del final del estímulo, porque las venas se relajan y la sangre sale del pene, lo que le permite disminuir de tamaño.
Sin embargo, algunas enfermedades, como la anemia drepanocítica, la leucemia u otros trastornos sanguíneos, pueden alterar la circulación en la región íntima, impidiendo que la erección desaparezca.
Además, el uso de drogas, accidentes cerebrovasculares en la zona íntima y el consumo de algunas drogas, como estimulantes sexuales, antidepresivos o anticoagulantes, también pueden acarrear este problema.
Como se hace el tratamiento
Los tratamientos más utilizados para el priapismo incluyen:
- Uso de compresas frías: permite aliviar la hinchazón del órgano y disminuir la cantidad de sangre;
- Extracción de sangre: se realiza, con anestesia local, por un médico que utiliza una aguja para eliminar el exceso de sangre en el pene, aliviando el dolor y la hinchazón;
- Inyección de fármacos alfa-agonistas: hacen que las venas se estrechen, disminuyendo la cantidad de sangre que llega al pene.
En los casos más graves, en los que no es posible solucionar el problema con estas técnicas, el médico también puede recomendar una cirugía para bloquear la arteria que conduce la sangre al pene o para drenar toda la sangre del órgano.
Generalmente, el hombre es capaz de recuperarse por completo sin tener ningún tipo de secuelas, sin embargo, es importante acudir a urgencias lo antes posible para evitar la aparición de lesiones.
Posibles complicaciones
La sangre que queda atrapada dentro del pene tiene menos oxígeno y, por tanto, aparecen pequeñas lesiones por falta de oxígeno. Cuando la erección dura mucho tiempo, las lesiones empeoran, lo que puede provocar la aparición de disfunción eréctil.