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El trastorno por déficit de atención con hiperactividad, conocido por las siglas ADHD, se caracteriza por la presencia simultánea, o no, de síntomas como inatención, hiperactividad e impulsividad. Este es un trastorno común de la infancia, pero también puede persistir en adultos cuando no se trata como un niño.
Los primeros signos de esta enfermedad son la falta de atención excesiva, la agitación, la terquedad, la agresividad o las actitudes impulsivas, que hacen que el niño se comporte de manera inapropiada, lo que perjudica el desempeño escolar, ya que no presta atención, no se concentra y se distrae con facilidad , además de poder causar mucho estrés y estrés a los padres, familiares y cuidadores.
Estos síntomas aparecen, principalmente, antes de los 7 años y son más fáciles de identificar en los niños que en las niñas, ya que tienden a mostrar signos más claros. Se desconocen sus causas, pero existen algunos factores genéticos y ambientales, como problemas y conflictos familiares, que pueden conducir a la aparición y persistencia de la enfermedad.
Si no está seguro de tener TDAH, realice nuestra prueba respondiendo las siguientes preguntas para averiguar cuál es el riesgo:
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Descubra si su hijo es hiperactivo.
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¿Se frota las manos, los pies o se retuerce en su silla?
¿Está el niño desordenado y deja todo fuera de lugar?
¿Le resulta difícil estar de pie y ver una película hasta el final?
¿Parece que no escucha cuando le hablas y te deja hablando solo?
¿Está demasiado agitado y aparece en muebles o armarios incluso cuando es totalmente inapropiado?
¿No le gustan las actividades tranquilas y serenas como las clases de yoga o meditación?
¿Tiene dificultad para esperar su turno y pasar delante de los demás?
¿Tiene alguna dificultad para permanecer sentado durante más de 1 hora?
¿Te distraes fácilmente en la escuela o cuando hablas con ella?
¿Estás muy agitado al escuchar música o en un nuevo entorno con mucha gente?
¿Le gusta al niño que lo lastimen los arañazos o las mordeduras al hacerlo a propósito?
¿Tiene el niño dificultad para seguir las instrucciones que le da otra persona?
¿Tiene el niño dificultad para prestar atención en la escuela e incluso se distrae con un juego que le gusta mucho?
¿Tiene el niño dificultad para completar una tarea porque está distraído e inmediatamente comienza otra?
¿Le resulta difícil al niño jugar de forma tranquila y pacífica?
¿Habla mucho el niño?
¿El niño suele interrumpir o molestar a los demás?
¿Parece que el niño no escucha lo que se dice, a menudo?
¿Siempre te estás perdiendo cosas necesarias para tareas o actividades en la escuela o en casa?
¿Le gusta al niño participar en actividades peligrosas sin considerar las posibles consecuencias?
Principales síntomas del TDAH
Dado que el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un trastorno complejo, sus signos y síntomas generalmente se dividen en 3 grupos:
La falta de atención se puede identificar por:
- Dificultad para prestar atención o errar descuidadamente en el juego, la escuela o las actividades laborales;
- Parece que no escucha cuando le habla;
- No siga las instrucciones en las tareas escolares, domésticas o profesionales;
- Perder cosas necesarias para tareas o actividades;
- Evite tareas que requieran un esfuerzo mental constante;
- Olvido frecuente en las actividades diarias.
La hiperactividad tiene las siguientes características:
- Dar la mano o los pies o moverse inquieto en la silla;
- Abandonar la silla del salón de clases u otras situaciones en las que se espera que permanezca sentado;
- Correr o trepar objetos de forma exagerada, en situaciones inapropiadas;
- Dificultad para jugar o participar en actividades de ocio en silencio;
- A menudo estar "asombrado" o actuar como si estuviera "en pleno apogeo";
- Habla de forma exagerada.
Los síntomas de la impulsividad son:
- Dar respuestas apresuradas antes de que se hayan completado las preguntas;
- Tener dificultad para esperar su turno;
- Interrumpir o inmiscuirse en los asuntos de otras personas.
El niño hiperactivo puede demostrar este comportamiento en cualquier lugar, como en la escuela, en casa, en la iglesia y es muy estresante para los padres, cuidadores o maestros. Antes de pensar en el déficit de atención y la hiperactividad, es importante observar los signos que muestra el niño y tratar de entenderlo, ya que el nerviosismo, el miedo o el cansancio, por ejemplo, son situaciones que también pueden generar cambios en el comportamiento.
Qué hacer en caso de sospecha
Si se sospecha de TDAH, es importante consultar al pediatra para observar el comportamiento del niño y evaluar si es necesario preocuparse. Si identifica signos del trastorno, puede indicar consultar con otro especialista, ya que, normalmente, el diagnóstico de trastorno por déficit de atención con hiperactividad lo realiza un psiquiatra o neuropediatra en edad preescolar.
Para confirmar el diagnóstico, el especialista puede pedir observar al niño en la escuela, en el hogar y en otros lugares de su vida diaria para confirmar que existen al menos 6 signos que indican la presencia del trastorno.
El tratamiento de este trastorno incluye el uso de medicamentos, como Ritalin, además de la terapia conductual con un psicólogo o una combinación de estos. Para comprender cómo se trata esta enfermedad, consulte el tratamiento para el TDAH.
¿Cuál es la diferencia entre hiperactividad y autismo?
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad a menudo se puede confundir con el autismo e incluso puede causar cierta confusión a los padres y miembros de la familia. Esto se debe a que ambos trastornos comparten síntomas similares, como tener dificultad para prestar atención, no poder estar tranquilo o tener dificultad para esperar su turno, por ejemplo.
Sin embargo, son trastornos completamente diferentes, especialmente en lo que está en el origen de cada problema. Es decir, mientras que en la hiperactividad los síntomas están relacionados con la forma en que el cerebro crece y se desarrolla, en el autismo existen varios problemas con todo el desarrollo del niño, que pueden afectar el lenguaje, el comportamiento, la interacción social y la capacidad de aprender. Sin embargo, es posible que un niño tenga tanto TDAH como autismo.
Así, y dado que puede resultar difícil para los padres identificar diferencias en casa, siempre es mejor consultar a un pediatra o psicólogo para hacer el diagnóstico correcto e iniciar el mejor tipo de tratamiento, adecuado a las necesidades reales del niño.