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Los primeros zapatos del bebé pueden ser de lana o tela, pero cuando el bebé comienza a caminar, alrededor de los 10-15 meses, es necesario invertir en un buen zapato que pueda proteger los pies sin causar daños ni deformidades y que pueda incluso ayudar al bebé a caminar. Llevar un calzado inadecuado puede resultar más económico en este momento, pero puede dificultar el desarrollo de todas las curvaturas del pie del bebé, y puede favorecer los pies planos, también conocidos como pies planos, o provocar ampollas y callosidades, por ejemplo.
Características del calzado ideal para que el bebé aprenda a caminar
Las características de un buen zapato para el bebé que ya está de pie y está aprendiendo a caminar son:
- Sea maleable y cómodo;
- Tienen suela antideslizante;
- Preferiblemente tenga cierre de velcro en lugar de cordones que se puedan desatar más fácilmente;
- Debe permitir la ventilación en los pies del niño;
- Debe cubrir la parte posterior del tobillo;
- La parte trasera del zapato debe estar muy firme.
Los zapatos son realmente necesarios cuando el bebé comienza a caminar y duran un promedio de dos a tres meses, y deben reemplazarse poco después por un número un poco mayor, pero no puede ser mucho más grande, ya que no se adaptan bien al pie del bebé y puede facilitar la caída.
Calzado ideal para ayudar al desarrollo de la curva del pie
Para comprar zapatos para el niño, los padres deben verificar si los zapatos son cómodos, asegurándose de que al colocar el zapato cerrado y con calcetines, todavía queden de 1 a 2 cm por delante del dedo gordo del pie. Otra precaución es comprobar la calidad del tejido porque los niños corren, saltan y arrastran los pies por el suelo y por tanto el tejido debe ser resistente para que dure más.
Una de las características más importantes del zapato del niño es que la plantilla tiene una curva hacia arriba para ayudar a la formación del arco del pie del niño. Todo bebé tiene un pie plano desde el nacimiento y alrededor de los 3-4 años, el arco del pie se está formando, y comprar zapatos y sandalias semi-ortopédicas es una excelente estrategia para evitar que el niño tenga un pie plano que requiera tratamiento. En el futuro.
Los zapatos con velcro y las zapatillas deportivas ayudan al niño a ponérselo solo y no desatarlo accidentalmente, evitando caídas. Si la plantilla de los zapatos tiene amortiguación, mejor aún para brindar mayor comodidad. Tener todas estas precauciones evita la formación de burbujas y asegura el correcto desarrollo del pie del bebé.