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En algunas personas con COVID-19, especialmente en aquellas con un rápido empeoramiento de la infección, se ha observado una nueva complicación, que consiste en un mayor riesgo de desarrollar enfermedades causadas por coágulos, como trombosis venosa profunda, ictus o embolia pulmonar.
Aunque aún no se conoce la causa exacta de esta nueva complicación, es posible que esté relacionada con una respuesta exagerada del sistema inmunológico para combatir el nuevo coronavirus, que puede acabar contribuyendo al aumento de la trombina, que es la proteína responsable de la coagulación sanguínea. Es decir, cuando aumentan los niveles de trombina, mayor es el riesgo de formación de coágulos, que pueden acabar obstruyendo los vasos sanguíneos.
Quién tiene mayor riesgo de coágulos
La formación de coágulos es una complicación relativamente común en pacientes que están postrados en cama durante un tiempo prolongado, especialmente cuando existen otras enfermedades asociadas, como problemas cardíacos o enfermedades pulmonares. Por lo tanto, los pacientes que están hospitalizados en UCI generalmente ya tienen un mayor riesgo de desarrollar accidentes cerebrovasculares o embolias. Sin embargo, en el caso del nuevo coronavirus, esta tasa de formación de coágulos en pacientes de UCI ha sido mayor.
Una de las posibles explicaciones parece ser el desarrollo de coagulación intravascular diseminada, que es una condición en la que se produce la formación de microcoagulantes en todo el cuerpo y que se ha observado en autopsias de algunas personas infectadas por COVID-19.
Además, también se han presentado complicaciones por coágulos en algunos adultos jóvenes infectados con el nuevo coronavirus y que no ingresaron en la UCI. En tales casos, el aumento de la formación de coágulos se ha atribuido a una respuesta exagerada del sistema inmunológico para combatir el virus.
¿Qué causa la respuesta exagerada de la inmunidad?
Aún no se conoce la causa exacta, pero es posible que la reacción exagerada del sistema inmunológico pueda estar relacionada con el Síndrome de Activación de Macrófagos, que se ha observado en algunos adultos jóvenes infectados con el nuevo coronavirus. Estos adultos jóvenes no parecen tener ninguna otra enfermedad que pueda agravar la infección, pero tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas graves de coagulación, que pueden terminar produciendo embolias o accidentes cerebrovasculares.
El Síndrome de Activación de Macrófagos es una condición que conduce a cambios en las células del sistema inmunológico, provocando una producción descontrolada de células T, activación excesiva de macrófagos y liberación exagerada de sustancias proinflamatorias. Generalmente, el diagnóstico de este síndrome se puede hacer evaluando los niveles de ferritina en sangre, ya que esta es una sustancia que aumenta en presencia de una respuesta inmunitaria aumentada.
¿Por qué el sistema inmunológico produce coágulos?
Cuando el sistema inmunológico responde de forma descontrolada, especialmente con una activación excesiva de los macrófagos, provoca un aumento exagerado de la trombina, que es una de las proteínas más importantes para el sistema de coagulación de la sangre.
Cuando aumentan los niveles de trombina, parece haber una mayor formación de coágulos de sangre. A menudo, estos coágulos acaban obstruyendo solo un vaso de la pierna, provocando una trombosis venosa profunda, pero si consiguen llegar al pulmón pueden provocar una embolia pulmonar y, si llegan al cerebro, pueden provocar la aparición de un ictus. Aprenda a identificar sus síntomas de accidente cerebrovascular y qué hacer si sospecha.
¿Qué puede cambiar en el tratamiento de COVID-19?
COVID-19 es una enfermedad reciente y, por lo tanto, su tratamiento aún está experimentando pequeños cambios a lo largo del tiempo, especialmente a medida que se siguen probando muchas formas de tratamiento y nuevos medicamentos en todo el mundo.
Sin embargo, dados los datos sobre el aumento del número de casos de enfermedades de los coágulos, es posible que el tratamiento pueda incluir, para algunas personas, el uso de anticoagulantes, a saber, heparina, que actúan bloqueando la acción de la trombina y, en consecuencia, previenen coagulación sanguínea y formación de coágulos. Descubra cómo se usa la heparina.
Además, también se puede asociar otra sustancia, el metotrexato, que es capaz de controlar la respuesta inmunitaria, evitando que sea demasiado exagerada, especialmente en el caso de los adultos jóvenes.
Creado por: Equipo Editorial de Tua Saúde
Bibliografía>
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