Contenido
La hepatitis A es una enfermedad contagiosa causada por un virus de la familia de los picornavirus, el VHA, que provoca inflamación del hígado. Este virus causa, en la mayoría de los casos, una afección leve y de corta duración, y generalmente no se vuelve crónica como en la hepatitis B o C.
Sin embargo, las personas que están debilitadas o tienen una inmunidad debilitada, como las que tienen diabetes no controlada, cáncer y SIDA, por ejemplo, pueden tener una forma grave de la enfermedad, que incluso puede ser fatal.
Principales síntomas de la hepatitis A
En la mayoría de los casos, la hepatitis A no causa síntomas e incluso puede pasar desapercibida. Sin embargo, cuando aparecen, generalmente entre los 15 y los 40 días posteriores a la infección, las más comunes son:
- Cansancio;
- Mareo;
- Náuseas y vómitos;
- Fiebre baja;
- Dolor de cabeza;
- Dolor de estomago;
- Piel y ojos amarillos;
- Orina oscura;
- Taburetes ligeros.
En los casos más graves, en los que aparecen lesiones hepáticas, los síntomas pueden presentarse más graves, como fiebre alta, dolor en el abdomen, vómitos repetidos y piel muy amarilla. Estos síntomas suelen ser indicativos de hepatitis fulminante, en la que el hígado deja de funcionar. La evolución de la hepatitis A a la hepatitis fulminante es poco frecuente y ocurre en menos del 1% de los casos. Conozca otros síntomas de la hepatitis A.
El diagnóstico de hepatitis A se realiza mediante análisis de sangre, donde se identifican los anticuerpos contra el virus, que aparecen en la sangre pocas semanas después de la contaminación. Otros análisis de sangre, como AST y ALT, también pueden ser útiles para evaluar los niveles de inflamación del hígado.
¿Cómo es la transmisión y la prevención?
La principal vía de transmisión de la hepatitis A es la vía fecal-oral, es decir, mediante el consumo de alimentos y agua contaminados por las heces de personas con el virus. Así, cuando la comida se prepara con malas condiciones higiénicas existe un mayor riesgo de padecer la enfermedad. Además, nadar en aguas contaminadas con aguas residuales o comer mariscos infectados también aumenta la posibilidad de tener hepatitis A. Por lo tanto, para protegerse, se recomienda:
- Tome la vacuna contra la hepatitis A, que está disponible en el SUS para niños de 1 a 2 años o en particular para otras edades;
- Lávese las manos después de ir al baño, cambiar pañales o antes de preparar alimentos;
- Cocine bien los alimentos antes de comerlos, especialmente los mariscos;
- Lavar objetos de uso personal, como cubiertos, platos, vasos y botellas;
- No nade en agua contaminada ni juegue cerca de estos lugares;
- Beba siempre agua filtrada o hervida.
Las personas con mayor probabilidad de contagiarse por esta enfermedad son aquellas que viven o viajan a lugares con poca higiene y poco o ningún saneamiento básico, así como los niños y las personas que viven en entornos con mucha gente, como guarderías y residencias de ancianos.
Como se hace el tratamiento
Como la hepatitis A es una enfermedad leve, la mayoría de las veces, el tratamiento se realiza solo con medicamentos para aliviar los síntomas, como analgésicos y remedios para las náuseas, además de recomendar que la persona descanse y beba mucha agua para hidratarse y ayudar al vaso. para recuperar. La dieta debe ser ligera, basada en verduras.
Los síntomas suelen desaparecer en 10 días y la persona se recupera por completo en 2 meses. Por lo tanto, durante este período, si vive con alguien que padece esta enfermedad, debe usar hipoclorito de sodio o lejía para lavar el baño, con el fin de reducir el riesgo de contaminación. Ver más detalles sobre el tratamiento de la hepatitis A.
Vea también en el siguiente video qué comer en caso de hepatitis: