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El tratamiento del ictus debe iniciarse lo antes posible y, por tanto, es importante saber identificar los primeros síntomas para llamar de inmediato a una ambulancia, ya que cuanto antes se inicie el tratamiento, menor es el riesgo de secuelas como parálisis o dificultad para hablar. Vea aquí qué signos pueden indicar un derrame cerebral.
Así, el tratamiento puede ser iniciado por el médico ya en la ambulancia camino al hospital, con remedios como antihipertensivos para estabilizar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, uso de oxígeno para facilitar la respiración, además de controlar los signos vitales, como vía. para restaurar el flujo sanguíneo al cerebro.
Después del tratamiento inicial, se debe identificar el tipo de ictus, mediante pruebas como la tomografía y la resonancia, ya que esto influye en los siguientes pasos del tratamiento:
1. Tratamiento del accidente cerebrovascular isquémico
El accidente cerebrovascular isquémico ocurre cuando un coágulo bloquea el paso de sangre en uno de los vasos del cerebro. En estos casos, el tratamiento puede incluir:
- Medicamentos en tabletas, como AAS, Clopidogrel y Simvastatin: se usan en casos de sospecha de accidente cerebrovascular o isquemia transitoria, ya que pueden controlar el crecimiento de coágulos y prevenir la obstrucción de los vasos cerebrales;
- Realización de trombólisis con inyección de APt: es una enzima que debe administrarse solo cuando el ictus isquémico ya está confirmado con tomografía, y debe usarse en las primeras 4 horas, ya que destruye rápidamente el coágulo, mejorando la circulación sanguínea a la zona afectada;
- Cateterismo cerebral: en algunos hospitales, como alternativa a la inyección de APt, es posible insertar un tubo flexible que va desde la arteria de la ingle hasta el cerebro para intentar eliminar el coágulo o inyectar medicamentos anticoagulantes en el sitio. Obtenga más información sobre el cateterismo cerebral;
- Control de la presión arterial, con antihipertensivos, como captopril: se realiza en los casos en los que la presión arterial es alta, para evitar que esta presión alta empeore la oxigenación y la circulación sanguínea en el cerebro;
- Monitoreo: se deben monitorear y controlar los signos vitales de la persona que tuvo un ictus, observando el latido del corazón, la presión, la oxigenación sanguínea, la glucemia y la temperatura corporal, manteniéndolos estables, hasta que la persona muestre alguna mejoría , porque si están fuera de control, puede haber un agravamiento del ictus y las secuelas ocasionadas.
Después de un accidente cerebrovascular, la cirugía de descompresión cerebral está indicada en los casos en que el cerebro tiene una gran hinchazón, lo que aumenta la presión intracraneal y puede causar riesgo de muerte. Esta cirugía se realiza extrayendo, durante un período, parte del hueso del cráneo, que se reemplaza cuando la hinchazón desaparece.
2. Tratamiento del accidente cerebrovascular hemorrágico
Los casos de accidente cerebrovascular hemorrágico surgen cuando una arteria cerebral pierde sangre o se rompe, como ocurre con un aneurisma o debido a picos en la presión arterial alta, por ejemplo.
En estos casos, el tratamiento se realiza mediante el control de la presión arterial, como antihipertensivos, además del uso de un catéter de oxígeno y monitorización de constantes vitales para que el sangrado se controle más rápidamente.
En los casos más graves, donde hay una rotura completa de la arteria y es difícil detener el sangrado, puede ser necesaria una cirugía cerebral de emergencia para encontrar el sitio del sangrado y corregirlo.
En casos de accidente cerebrovascular hemorrágico mayor, también se puede realizar una cirugía de descompresión cerebral, ya que es común experimentar irritación e hinchazón del cerebro debido al sangrado.
¿Cómo es la recuperación del accidente cerebrovascular?
Generalmente, luego de controlar los síntomas del ictus agudo, se requiere una estancia hospitalaria de unos 5 a 10 días, que varía según el estado clínico de cada persona, para permanecer en observación, a fin de garantizar una recuperación inicial. y evaluar las consecuencias que resultaron del accidente cerebrovascular.
Durante este período, el médico puede comenzar a usar medicamentos o adaptar la medicación del paciente, recomendando el uso de un antiagregante o anticoagulante, como Aspirina o Warfarina, en caso de un ictus isquémico, o retirar el anticoagulante en caso de Accidente cerebrovascular hemorrágico, por ejemplo.
Además, se pueden necesitar medicamentos para controlar mejor la presión arterial, la glucosa en sangre, el colesterol, por ejemplo, para reducir el riesgo de nuevos episodios de accidente cerebrovascular.
Pueden quedar algunas secuelas, como dificultad para hablar, disminución de la fuerza en un lado del cuerpo, cambios para tragar la comida o para controlar la orina o las heces, además de cambios en el razonamiento o la memoria. El número y la gravedad de las secuelas varían según el tipo de accidente cerebrovascular y la ubicación del cerebro afectada, así como la capacidad de recuperación de la persona. Comprender mejor las posibles complicaciones del accidente cerebrovascular.
Rehabilitación para reducir las consecuencias
Después de un accidente cerebrovascular, la persona necesita realizar una serie de procesos de rehabilitación para acelerar la recuperación y reducir las consecuencias. Las principales formas de rehabilitación son:
- Fisioterapia: La fisioterapia ayuda a fortalecer la musculatura, para que la persona pueda recuperar o mantener los movimientos corporales, mejorando su calidad de vida. Vea cómo se realiza la fisioterapia después de un accidente cerebrovascular.
- Terapia ocupacional: es un área que ayuda al paciente y su familia a encontrar estrategias para reducir los efectos de las secuelas del ictus en el día a día, a través de ejercicios, adaptación de la casa, baño, así como actividades para mejorar el razonamiento y los movimientos;
- Terapia del habla: este tipo de terapia ayuda a recuperar el habla y la deglución en pacientes que han tenido esta zona afectada por un ictus;
- Nutrición: después de un ictus, es importante que la persona tenga una dieta equilibrada rica en vitaminas y minerales que nutran el vaso y de forma saludable, para evitar la desnutrición o un nuevo ictus. En algunos casos en los que sea necesario utilizar una sonda para alimentarse, el nutricionista calculará la cantidad exacta de alimento y te enseñará cómo prepararlo.
El apoyo familiar es fundamental en este período de recuperación de un ictus, tanto para ayudar con actividades que la persona ya no es capaz de realizar, como de apoyo emocional, ya que algunas limitaciones pueden resultar frustrantes y provocar un sentimiento de impotencia y tristeza. Aprenda a ayudar a alguien que tiene dificultades para comunicarse.
Creado por: Equipo Editorial de Tua Saúde