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El ataque isquémico transitorio, también conocido popularmente como mini accidente cerebrovascular o accidente cerebrovascular transitorio, es una alteración, similar al accidente cerebrovascular, que provoca una interrupción en el paso de la sangre a una zona del cerebro, generalmente debido a la formación de un coágulo.
Sin embargo, a diferencia del accidente cerebrovascular, en este caso, el problema dura solo unos minutos y desaparece por sí solo, sin dejar secuelas permanentes.
Aunque es menos grave, este "mini-ictus" puede ser una señal de que el organismo está produciendo coágulos con facilidad y, por tanto, suele aparecer unos meses antes de un ictus, por lo que se recomienda tomar precauciones para evitar que esto suceda. Algunos de los factores de riesgo que pueden contribuir al ataque isquémico transitorio son la obesidad, la hipertensión arterial, la diabetes, el consumo de cigarrillos, el alcoholismo, la inactividad física o el uso de anticonceptivos, por ejemplo.
Síntomas principales
Los síntomas del ataque isquémico transitorio son muy similares a los primeros signos de un accidente cerebrovascular e incluyen:
- Parálisis y hormigueo en un lado de la cara;
- Debilidad y hormigueo en el brazo y la pierna de un lado del cuerpo;
- Dificultad para hablar con claridad;
- Visión borrosa o doble;
- Dificultad para comprender indicaciones simples;
- Confusión repentina;
- Dolor de cabeza repentino;
- Mareos y pérdida del equilibrio.
Estos síntomas son más intensos durante unos minutos, pero desaparecen por completo aproximadamente 1 hora después del inicio.
En cualquier caso, es recomendable acudir de inmediato al hospital o llamar a una ambulancia, llamando al 192, para identificar el problema, ya que estos síntomas también pueden indicar un ictus, que debe tratarse lo antes posible.
Vea otros síntomas de un accidente cerebrovascular que también pueden ocurrir durante un mini accidente cerebrovascular.
¿Puedes dejar secuelas?
En la mayoría de los casos, el ataque isquémico transitorio no deja ningún tipo de secuela permanente, como dificultad para hablar, caminar o comer, por ejemplo, ya que la interrupción del flujo sanguíneo dura poco tiempo y, por tanto, rara vez se forman lesiones cerebrales graves. .
Sin embargo, dependiendo de la gravedad, la duración y la ubicación del cerebro afectado, algunas personas pueden tener secuelas menos graves que el accidente cerebrovascular.
Cual es el diagnostico
El diagnóstico de un ataque isquémico lo realiza el médico valorando los signos y síntomas presentados.
Además, también se pueden solicitar pruebas, como análisis de sangre, ecografía o tomografía computarizada, por ejemplo, con el fin de excluir alteraciones no vasculares, como toma o hipoglucemia, así como determinar la causa, con el fin de prevenir un nuevo episodio, ya que el ataque isquémico es la principal señal de alarma de un infarto cerebral. Estas pruebas deben realizarse dentro de las primeras 24 horas después del ataque isquémico.
Como se hace el tratamiento
Generalmente no es necesario tratar el ataque isquémico transitorio, ya que el coágulo es extraído de forma natural por el organismo, sin embargo, aún es recomendable acudir al hospital para confirmar el diagnóstico y descartar la posibilidad de ser un ictus.
Después de tener este tipo de "mini accidente cerebrovascular" existe un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular y, por lo tanto, el médico puede recomendar algún tipo de tratamiento para evitarlo, que incluye:
- Remedios antiplaquetarios, como la aspirina: disminuyen la capacidad de las plaquetas para unirse, evitando la aparición de coágulos, especialmente cuando se produce una herida en la piel;
- Medicamentos anticoagulantes, como la warfarina: afectan algunas proteínas de la sangre, haciéndolas más delgadas y menos propensas a formar coágulos que pueden provocar un accidente cerebrovascular;
- Cirugía: se utiliza cuando la arteria carótida es muy estrecha y ayuda a dilatar aún más el vaso, evitando que la acumulación de grasa en sus paredes interrumpa el paso de la sangre;
Además, es importante que tras el ataque isquémico transitorio, adopte hábitos saludables que ayuden a reducir el riesgo de formación de coágulos como no fumar, hacer 30 minutos de ejercicio físico 3 veces por semana y llevar una dieta equilibrada.
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