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Cáncer de cuello uterino, también llamado cáncer de cuello uterino, un trastorno maligno que afecta a las células del útero y que normalmente se asocia con la infección por el virus del papiloma humano, VPH, tipo 6, 11, 16 o 18, que se transmite por sexual y promueve cambios en el ADN de las células, favoreciendo el desarrollo del cáncer.
Este tipo de cáncer es más frecuente en mujeres entre 40 y 60 años, y su ocurrencia puede verse influenciada por algunos factores como múltiples parejas sexuales, infecciones de transmisión sexual, uso prolongado de anticonceptivos y deficiencias nutricionales, por ejemplo.
Es importante que el tratamiento para el cáncer de cuello uterino se inicie tan pronto como se haga el diagnóstico, ya que de esta forma se pueden evitar complicaciones y lograr una cura.
Principales causas
El cáncer de cuello uterino suele estar relacionado con la infección por VPH, sin embargo no todas las mujeres que tienen contacto con este virus desarrollarán cáncer, ya que en algunos casos el virus se puede eliminar siguiendo el tratamiento recomendado por el ginecólogo.
Sin embargo, algunos tipos de VPH, principalmente los tipos 6, 11, 16 y 18, son capaces de resistir el tratamiento indicado y provocar cambios en las células del tejido uterino, favoreciendo el desarrollo de cáncer de cuello uterino. Además de la infección por VPH, otros factores pueden favorecer la aparición de este tipo de cáncer, como son:
- Inicio muy temprano de la vida sexual;
- Tener múltiples parejas sexuales;
- No use condón durante el contacto íntimo;
- Tener alguna ITS, como herpes genital, clamidia o SIDA;
- Haber tenido varios partos;
- Mala higiene personal;
- Uso prolongado de anticonceptivos orales durante más de 10 años;
- Uso de fármacos inmunosupresores o corticosteroides, en caso de Lupus;
- Exposición a radiaciones ionizantes;
- Ya ha tenido una enfermedad llamada displasia escamosa de vulva o vagina;
- Bajo consumo de vitamina A, C, betacaroteno y ácido fólico.
Además, es importante recordar que el adenocarcinoma, la endometriosis, los antecedentes familiares y el tabaquismo y el consumo excesivo de bebidas alcohólicas también aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino.
La infección por VPH puede tener remisión espontánea y en este caso no presenta ningún síntoma, sin embargo, en algunos casos puede ocasionar lesiones con alta probabilidad de volverse malignas. A medida que avanza la enfermedad, los principales síntomas que ha desarrollado el cáncer son sangrado vaginal, secreción y dolor pélvico. Aprenda a identificar los síntomas del cáncer de cuello uterino.
Como prevenir
La principal forma de prevenir el cáncer de cuello uterino es evitar la infección por VPH o identificar y tratar la enfermedad desde el principio, y el diagnóstico inicial es posible mediante la realización del examen preventivo, la prueba de Papanicolaou. La evolución del VPH es lenta y puede tardar entre 15 y 20 años para que el virus produzca cáncer, por lo que el seguimiento con el ginecólogo y el tratamiento adecuado de la enfermedad son eficaces para prevenir complicaciones y prevenir el cáncer. Aprenda a tratar el VPH.
Por lo tanto, debes acudir al ginecólogo para que te hagan un Papanicolaou al menos una vez al año, además de ponerte la vacuna contra el VPH. Dejar de fumar, usar siempre condón en las relaciones íntimas y tener una buena higiene íntima también son medidas que ayudan a prevenir este tipo de cáncer. Tener hábitos de vida saludables y hacer ejercicio con regularidad también ayuda a protegerse del cáncer de cuello uterino.
Tipos de cáncer de cuello uterino
El cáncer de cuello uterino se puede clasificar como:
- Tx: tumor primario no identificado;
- T0: sin evidencia del tumor primario;
- Tis o 0: carcinoma in situ.
Nivel 1:
- T1 o I: carcinoma de cuello uterino solo en el útero;
- T1 a o IA: carcinoma invasivo, diagnosticado solo por microscopía;
- T1 a1 o IA1: invasión del estroma hasta 3 mm de profundidad o hasta 7 mm horizontalmente;
- T1 a2 o IA2: invasión del estroma entre 3 y 5 mm de profundidad o hasta 7 mm horizontalmente;
- T1b o IB: lesión clínicamente visible, solo en el cuello uterino, o lesión microscópica mayor que T1a2 o IA2;
- T1b1 o IB1: lesión clínicamente visible de 4 cm o menos en su dimensión más grande;
- T1b2 IB2: Lesión clínicamente visible mayor de 4 cm en su dimensión más grande.
Etapa 2:
- T2 o II: tumor que se encuentra dentro y fuera del útero, pero no llega a la pared pélvica ni al tercio inferior de la vagina;
- T2a o IIA: sin invasión del parametrio;
- T2b o IIB: invasión del parametrio.
Etapa 3:
- T3 o III: tumor que se extiende a la pared pélvica, compromete la parte inferior de la vagina o causa cambios en los riñones;
- T3a o IIIA: tumor que afecta al tercio inferior de la vagina, sin extensión a la pared pélvica;
- T3b o IIIB: tumor que se extiende a la pared pélvica o causa cambios en los riñones.
Etapa 4:
- T4 o IVA: tumor que invade la vejiga o la mucosa rectal, o que se extiende más allá de la pelvis.
Además de conocer el tipo de cáncer de cuello uterino que tiene la persona, también es importante saber si hay ganglios linfáticos afectados y metástasis o no, porque esto determina qué tipo de tratamiento tiene la persona. Descubra cómo se realiza el tratamiento del cáncer de cuello uterino.