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Los cambios bruscos de temperatura afectan negativamente al cuerpo humano, aumentando el riesgo de enfermedades respiratorias como rinitis, gripe, bronquitis y neumonía. Estas enfermedades pueden surgir porque a pesar de las bajas temperaturas ambientales, el cuerpo necesita gastar más energía para mantenerse adecuadamente caliente, disminuyendo así sus defensas naturales.
Con tanto esfuerzo por mantener la temperatura corporal cercana a los 36ºC, la producción de glóbulos blancos disminuye y la persona tiene más probabilidades de infectarse con virus y bacterias que pueden proliferar libremente en el cuerpo humano. Para agravar la situación, ambientes cerrados con poca luz directa o circulación de aire, aumenta la proliferación de virus y bacterias en el ambiente, haciendo así un escenario propenso a enfermedades.
Además de las enfermedades respiratorias, el clima frío también afecta la presión arterial, siendo particularmente severo en personas que padecen hipertensión arterial o enfermedades cardíacas porque la sangre se espesa y el corazón requiere más esfuerzo para bombear la misma cantidad de sangre.
Por eso, en caso de hipertensión es muy importante controlar la presión arterial semanalmente, tomar los medicamentos indicados por el cardiólogo todos los días, en la dosis adecuada y respetar la dieta indicada por el nutricionista, evitando la sal y los alimentos ricos en grasas y azúcares.
Sepa cómo reconocer los primeros síntomas de un infarto.
Porque sentimos frío y lo que le pasa a nuestro cuerpo en invierno
Con las bajas temperaturas el cuerpo necesita más energía para protegerse, evitando la hipotermia, y por eso cuando sentimos frío, podemos castañetearnos los dientes, mantener los pelos de punta. Además, aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias y también de hipertensión arterial y de infarto. Otros cambios que se hacen presentes incluyen:
- Tenemos más sueño, porque la melatonina es estimulada por los días más oscuros y nublados;
- Tenemos más hambre, por lo que se acumulan más calorías en forma de grasa para proteger el cuerpo;
- Orinamos más de día y de noche, porque sudamos menos;
- La piel y el cabello están secos porque el agua caliente del baño elimina el aceite natural de la piel y el cabello;
- El mal humor aparece porque la gente se siente menos cómoda;
- Las relaciones sexuales disminuyen porque puede resultar incómodo tener relaciones sexuales en el frío, con los pies y las manos fríos, y también es más difícil excitarse por la viscosidad de la sangre.
Además, también nos llega la punta de la nariz, las manos y los pies suelen estar fríos porque la circulación sanguínea opta por estar más centrada en los órganos principales del cuerpo, corazón, cerebro y riñones, para que no falten energías para su correcto funcionamiento. Pero en algunos casos esto puede ser una reacción alérgica al resfriado, sepa cuáles son los síntomas y cómo se trata la alergia al resfriado.
Que hacer para combatir el frio
La mejor forma de combatir el frío es vestirse adecuadamente y por eso es importante llevar blusas de manga larga, pantalones, calcetines y zapatos cerrados, así como un buen abrigo para calentar el cuerpo. Cuando las temperaturas son mucho más bajas de lo normal y necesitas estar al aire libre, también puede ser útil llevar un gorro, bufanda o bufanda y guantes para proteger las puntas del cuerpo.
Además de la ropa de invierno, otras estrategias para protegerse del frío son:
- Evite las bebidas y comidas frías, prefiriendo tés, sopas y caldos calientes;
- El consumo de bebidas alcohólicas como vino tinto o vino caliente ayuda a calentar, sin embargo, no es recomendable beber más de 1 copa de vino al día y quienes tienen dificultades para controlarse no deben ni acercarse a las bebidas;
- Tome un baño tibio y use ropa abrigada, inmediatamente después de planchar;
- Coloque sábanas con tela de franela en la cama, porque el algodón y el satén son naturalmente más fríos al tacto;
- Evite las corrientes de aire y los cambios bruscos de temperatura, pero deje al menos una grieta en la ventana abierta para que circule el aire.
El cuidado para no sentir frío está especialmente indicado para bebés, niños y ancianos que tienen la piel más fina y tienen más dificultades para lidiar con el frío. Sin embargo, es importante saber equilibrar la dosis adecuada para evitar el sobrecalentamiento, que también es perjudicial para la salud. Si tienes un bebé, fíjate si se ve sudoroso colocando su mano directamente en la nuca y en la espalda y si estas áreas están húmedas, es recomendable quitar una capa de ropa. A continuación, le indicamos cómo saber si su bebé tiene frío o calor.
Creado por: Equipo Editorial de Tua Saúde