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La neuralgia postherpética es una complicación del herpes zóster, también conocido como culebrilla o culebrilla, que afecta los nervios y la piel, provocando la aparición de una constante sensación de ardor en el cuerpo, incluso después de que las lesiones provocadas por el virus del herpes zóster hayan ido.
Por lo general, la neuralgia postherpética es más común en personas mayores de 60 años, pero puede ocurrir a cualquier edad, siempre que haya contraído el virus de la varicela en la edad adulta.
Aunque no existe cura, existen algunas formas de tratamiento que reducen los síntomas y mejoran la calidad de vida. Además, la neuralgia postherpética suele mejorar con el tiempo, requiriendo cada vez menos tratamiento.
Síntomas principales
Los síntomas más comunes de la neuralgia postherpética incluyen:
- Dolor similar a ardor que dura 3 meses o más;
- Extrema sensibilidad al tacto;
- Sensación de picazón u hormigueo.
Estos síntomas suelen aparecer en la región de la piel que se ha visto afectada por las lesiones de herpes zóster y, por tanto, son más frecuentes en el tronco o y solo en un lado del cuerpo.
La sensación de ardor puede aparecer antes de las lesiones de la culebrilla en la piel y, en algunas personas, también puede ir acompañada de dolor punteado, por ejemplo.
Cómo confirmar el diagnóstico
En la mayoría de los casos, el diagnóstico es confirmado por un dermatólogo solo observando el sitio afectado y los síntomas informados por la propia persona.
¿Por qué surge la neuralgia postherpética?
Cuando contrae el virus de la varicela durante la edad adulta, el virus causa síntomas más fuertes y puede dañar las fibras nerviosas de la piel. Cuando esto sucede, los estímulos eléctricos que van al cerebro se ven afectados, volviéndose más exagerados y provocando el dolor crónico que caracteriza a la neuralgia postherpética.
Como se hace el tratamiento
No existe un tratamiento capaz de curar la neuralgia postherpética, sin embargo, es posible aliviar los síntomas a través de varias formas de tratamiento como:
- Apósitos de lidocaína: pequeños apósitos que se pueden pegar en el lugar del dolor y liberar lidocaína, una sustancia que anestesia las fibras nerviosas de la piel y alivia el dolor;
- Aplicación de capsaicina: es una sustancia analgésica muy fuerte que puede reducir el dolor hasta por 3 meses con una sola aplicación. Sin embargo, su aplicación debe realizarse siempre en el consultorio médico;
- Remedios anticonvulsivos, como gabapentina o pregabalina: son fármacos que estabilizan las señales eléctricas en las fibras nerviosas, reduciendo el dolor. Sin embargo, estos remedios pueden provocar efectos secundarios como mareos, irritabilidad e hinchazón de las extremidades, por ejemplo;
- Antidepresivos, como Duloxetina o Nortriptilina: cambian la forma en que el cerebro interpreta el dolor, aliviando situaciones de dolor crónico como la neuralgia postherpética.
Además, en los casos más graves, donde ninguna de estas formas de tratamiento parece mejorar el dolor, el médico también puede recetar medicamentos opioides como Tramadol o Morfina.
Hay tratamientos que funcionan mejor para algunas personas que para otras, por lo que es posible que deba probar varias formas de tratamiento antes de encontrar la mejor, o incluso una combinación de dos o más tratamientos.
Creado por: Equipo Editorial de Tua Saúde