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Los quistes son tipos de nódulos llenos de un contenido líquido, semisólido o gaseoso, como especies de bolsas, y son, en la mayoría de los casos, benignos y asintomáticos. Pueden desarrollarse en cualquier parte del cuerpo, siendo más común en órganos como la mama, tiroides, ovarios, hígado o articulaciones, por ejemplo.
Son varias las causas que provocan los quistes como infecciones, traumatismos, obstrucción de las glándulas sebáceas, o incluso por causas genéticas. Por lo general, no necesitan tratamiento, excepto en situaciones que requieren una mayor investigación o cuando tienen características de gravedad sospechosas, que pueden aspirarse con agujas específicas o extirparse con cirugía.
Existen varios tipos de quistes, que deben ser evaluados e identificados por el médico. Sin embargo, aquí hay un breve resumen de los más frecuentes:
1. Quiste ovárico
El quiste ovárico, en la mayoría de los casos, es benigno y no representa ningún riesgo para la salud de la mujer. Por lo general, surgen debido a cambios hormonales presentes a lo largo del ciclo menstrual, el embarazo, la menopausia o con el uso de ciertos medicamentos hormonales, por ejemplo.
La mayoría de las veces, los quistes ováricos simples no necesitan ningún tratamiento y pueden retroceder de forma espontánea, sin embargo, existen situaciones en las que necesitan ser extirpados con cirugía, como cuando crecen demasiado y provocan síntomas como dolor abdominal, cuando presentan algún tipo de complicación, cómo romper o torcer, o cuando la ecografía muestra características sospechosas de malignidad, como crecimiento rápido, contener partes sólidas o vasos sanguíneos, por ejemplo, y el médico también puede recomendar el uso de anticonceptivos orales o medicamentos analgésicos.
Hay varios tipos de quiste en el ovario, vea cuáles, cómo identificarlos y tratarlos.
2. Quiste de Naboth
El quiste de Naboth puede formarse en el cuello uterino, debido a la acumulación de moco liberado por las glándulas de Naboth, cuando sus conductos se bloquean e impiden el paso del moco.
Estos quistes son comunes en mujeres en edad fértil y no son motivo de preocupación, ya que generalmente son benignos. Sin embargo, estos nódulos no siempre curan espontáneamente y puede estar indicado el tratamiento con electrocauterización. Obtenga más información sobre este tipo de quiste.
3. Quiste de Baker
El quiste de Baker surge en la articulación de la rodilla y se ve como un bulto ubicado en la parte posterior de la rodilla. Surge por la acumulación de líquidos en la articulación, y aunque no siempre provoca síntomas, puede provocar dolor y rigidez en esa ubicación, dificultando el movimiento de la rodilla.
Habitualmente este quiste surge debido a problemas en la rodilla que provocan lesiones o desgaste de sus estructuras, como artrosis, lesión de menisco, artritis reumatoide o gota, por ejemplo. Aprenda a identificar este quiste y cuál es el tratamiento.
Habitualmente este tipo de quiste no necesita tratamiento, sin embargo, en los casos en que exista dolor, se puede recomendar fisioterapia, aspiración de líquidos o cirugía, que está indicada cuando el quiste se rompe.
4. Quiste sebáceo
El quiste sebáceo es una especie de bulto que se forma debajo de la piel, relleno de queratina y otros materiales derivados de la piel, también llamado sebo, de color blanco, semisólido y suave al tacto.
Este quiste generalmente se forma después de un traumatismo en la piel o dentro de los folículos pilosos, es benigno y no necesita ningún tratamiento.Sin embargo, si se vuelve incómodo, crece demasiado o causa dolor debido a una inflamación o infección, la extirpación se realiza mediante una simple cirugía, generalmente por parte del dermatólogo. Vea en qué consiste la cirugía.
5. Quiste de riñón
El quiste simple en el riñón suele ser benigno y no suele causar síntomas, por lo que solo requiere el seguimiento del médico.
Sin embargo, si el examen ecográfico muestra signos sospechosos de una lesión grave, como un absceso o cáncer, el médico debe indicar una investigación más exhaustiva, con tomografía, resonancia magnética y, si es necesario, una punción para analizar su contenido. Vea más sobre el quiste renal.
6. Quiste pilonidal
El quiste pilonidal se caracteriza por una bolsa constituida por material procedente de glándulas sebáceas y sudoríparas, además de trozos de piel y cabello, que suele desarrollarse en el extremo de la columna, justo por encima de las nalgas, generando síntomas como dolor, hinchazón, calor y fisuras. en la piel.
La principal forma de tratamiento es su eliminación mediante cirugía. Obtenga más información sobre cómo formarse y cómo tratar este quiste.
7. Quiste de Bartholin
El quiste de Bartholin se produce por una obstrucción de la glándula de Bartholin, que se ubica en la parte anterior de la vagina y que se encarga de lubricarla durante el contacto íntimo.
Este quiste suele ser indoloro, no presenta síntomas y puede curarse sin necesidad de tratamiento, a menos que el quiste se inflame o se infecte, pudiendo estar indicada el uso de antiinflamatorios, antibióticos o incluso cirugía. Conoce qué puede provocar la aparición del quiste de Bartholin.
8. Quiste sinovial
El quiste sinovial es un tumor benigno, lleno de líquido transparente, que se forma junto a las articulaciones, especialmente la muñeca, pero también las rodillas, los tobillos o los pies.
Aunque no se explican sus causas exactas, se puede asociar a traumatismos, lesiones por estrés repetido o defectos articulares, y aunque no siempre provoca síntomas, puede provocar dolor, pérdida de fuerza y sensibilidad en la zona, además de molestias estéticas. Obtenga más información sobre el quiste sinovial y cuándo se necesita tratamiento.
Este quiste puede desaparecer por sí solo, sin embargo en caso de tener un tamaño grande, el médico puede prescribir medicamentos antiinflamatorios y realizar una aspiración de líquidos.
9. Quiste aracnoideo
El quiste aracnoideo es una acumulación de líquido cefalorraquídeo entre las membranas que recubren el cerebro, y suele ser congénito, es decir, nacer con el bebé, lo que puede pasar es daño cerebral, tumores o infecciones, con meningitis. .
Por lo general, estos quistes son asintomáticos, sin embargo, si crecen pueden causar daño al cerebro, por lo que necesitan tratamiento, que se realiza con cirugía. Obtenga más información sobre los síntomas y el tratamiento.
10. Quiste en el hígado
El quiste simple en el hígado, en su mayor parte, no produce síntomas ni cambios en el cuerpo. Además, no suele ser grave y no es un signo de cáncer, pero se debe estar atento y si aumenta de tamaño o aparecen características sospechosas de malignidad en el examen, el médico puede indicar tratamientos específicos. Obtenga más información sobre el quiste en el hígado.
11. Quiste en la mama
Los quistes mamarios suelen ser asintomáticos y benignos, y suelen aparecer en mujeres de entre 15 y 50 años. La mayoría de las veces solo es necesario el seguimiento de la lesión, sin embargo, cuando provocan dolor, malestar, crecen con el tiempo o cuando empiezan a mostrar otras características sugestivas de malignidad, deben ser pinchadas por el médico para una mejor valoración de su contenido. Sepa cuándo el quiste en la mama tiene riesgo de convertirse en cáncer.
Aunque puede aparecer a cualquier edad, los quistes en la mama son más comunes en mujeres entre 40 y 50 años y están formados por líquidos, la mayoría de las veces se recomienda drenar el líquido, lo que favorece el alivio de los síntomas.
Posibles Causas
El quiste puede ser causado por varios factores, según su tipo y ubicación. Algunas de las causas más comunes son:
- Infecciones
- Defectos en el desarrollo del bebé;
- Factores genéticos;
- Tumores;
- Defectos en las células;
- Enfermedades inflamatorias;
- Lesiones o traumatismos en los tejidos afectados;
- Bloqueo de glándulas;
- Cambios hormonales;
- El embarazo.
En algunos casos, también pueden desarrollarse debido a lesiones o traumatismos en los tejidos de la región afectada, lo cual es común en los quistes que aparecen en la región articular, por ejemplo.
¿Pueden los quistes convertirse en cáncer?
Generalmente, los quistes son nódulos benignos y pueden desaparecer incluso sin tratamiento. Sin embargo, siempre deben ser monitoreados porque, en algunos casos, pueden crecer mucho o tener características sospechosas, como tener un contenido sólido, requiriendo mayor investigación y tratamientos guiados por el médico.