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El sueño es fundamental para el organismo, ya que es en este momento que se producen varias reacciones importantes, como la regulación de las funciones endocrinas, la restauración de la energía y el metabolismo cerebral, la reparación de los tejidos, además de la consolidación de la memoria.
Así, la privación del sueño, especialmente cuando es crónica o ocurre repetidamente, puede tener graves consecuencias para la salud, como deterioro de la memoria y del aprendizaje, disminución de la atención, cambios de humor, riesgo de desarrollar enfermedades psiquiátricas y debilitamiento del sistema inmunológico. por ejemplo.
El sueño está controlado por áreas del cerebro y está relacionado con eventos bioquímicos y fisiológicos en el cuerpo, y también está influenciado por el comportamiento. Para que suceda correctamente, el sueño se divide en 4 fases, que varían en forma de ciclos. Descubra cómo se dividen y qué ocurre en las fases del sueño.
Así, varias afecciones pueden dar lugar a alteraciones que perjudiquen el sueño, desde enfermedades neurológicas, psiquiátricas, respiratorias o, simplemente, por malos hábitos que desregulan el "reloj biológico" del sueño. Consulte también cuáles son los trastornos del sueño más comunes.
1. Cansancio y fatiga
La somnolencia, el cansancio y la pérdida de disposición son los primeros síntomas de la falta de una buena noche de sueño, ya que es durante el descanso, especialmente en las fases más profundas del sueño, cuando el organismo es capaz de recuperar sus energías.
2. Fallos de memoria y atención
Es durante el sueño que el cerebro es capaz de consolidar los recuerdos y renovar el desempeño cognitivo, permitiendo una mayor capacidad de concentración, atención y desempeño de funciones.
Así, una persona en privación del sueño durante muchas horas tiene más dificultades para recordar cosas, completar razonamientos, concentrarse o tener atención, presentando dificultades en la toma de decisiones y peores actuaciones en el trabajo o en la escuela, por ejemplo.
3. Inmunidad disminuida
La falta de sueño altera la producción de células de defensa en el cuerpo, lo que debilita el sistema inmunológico y hace que sea menos eficaz para combatir infecciones. Consulte los consejos sobre qué hacer para mejorar la inmunidad.
4. Tristeza e irritabilidad
La falta de sueño puede provocar inestabilidad emocional, por lo que las personas están más irritables, tristes o impacientes. Cuando el poco sueño se vuelve crónico, es más probable que la persona experimente tristeza y sufra ansiedad y depresión.
Otras enfermedades mentales que pueden verse favorecidas por los trastornos del sueño son los trastornos alimentarios, el síndrome de pánico o el alcoholismo, por ejemplo.
5. Presión arterial alta
Dormir menos de 6 horas al día puede favorecer la aparición de hipertensión arterial, ya que durante el sueño hay un período de descanso para el sistema cardiovascular, con disminución de la presión y frecuencia cardíaca. Además, la falta de sueño puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
6. Cambios hormonales
La adecuada relación entre el sueño y la vigilia, que es el período en el que permanece despierto, es la base para una producción regularizada de hormonas en el organismo.
Así, hormonas como la melatonina, la hormona del crecimiento, la adrenalina y la TSH están íntimamente relacionadas con la existencia de un sueño adecuado, por lo que la privación del sueño, sobre todo de forma crónica, puede ocasionar consecuencias como retraso del crecimiento, dificultades para ganar masa muscular, cambios en la tiroides o fatiga, por ejemplo.
Consulta otros problemas que pueden surgir cuando no dormimos bien y qué hacer para mejorar.
Creado por: Equipo Editorial de Tua Saúde