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La radiculopatía se caracteriza por la lesión o afectación de uno o más nervios y sus raíces nerviosas que atraviesan la columna vertebral, dando lugar a la aparición de síntomas como dolor, hormigueo, sensación de shock y debilidad de las extremidades, como en el dolor por afectación del nervio ciático, por ejemplo.
Los nervios y las raíces nerviosas son parte del sistema nervioso y son responsables de transportar información entre el cerebro y las extremidades del cuerpo, como la sensibilidad, la fuerza y el movimiento. Generalmente, la radiculopatía se produce por una compresión de las raíces nerviosas, debido a enfermedades como hernias discales o artrosis espinal, pero también puede surgir por otras causas como inflamación, isquemia, traumatismo en la columna o infiltración por un tumor.
Cualquier localización de la columna vertebral puede verse afectada, sin embargo, es más común en las regiones lumbar y cervical, y el tratamiento se realiza según su causa, que incluye fisioterapia, uso de analgésicos o antiinflamatorios para el dolor y, en los casos más grave, cirugía.
Síntomas que pueden surgir
Los principales síntomas de la radiculopatía dependen del nervio afectado, la mayoría de las veces, afectan la región cervical o lumbar e incluyen:
- Dolor;
- Hormigueo;
- Sensación de entumecimiento;
- Reflejos disminuidos;
- Atrofia muscular.
Además de ubicarse en la columna, los síntomas de la radiculopatía generalmente se irradian a lugares del cuerpo que están inervados por el nervio comprometido, como brazos, manos, piernas o pies. Esta zona que corresponde a la inervación de un nervio se llama dermatoma. Obtenga más información sobre qué son los dermatomas y dónde se encuentran.
Por lo general, el dolor y otros síntomas empeoran en situaciones en las que hay una mayor compresión nerviosa, como la tos.Además, en los casos más graves, puede haber una disminución de la fuerza o incluso parálisis de la región correspondiente.
Un ejemplo común de radiculopatía es el dolor en el nervio ciático, también llamado ciática, que generalmente es causado por la compresión de las raíces de este nervio aún en la columna, pero que puede irradiar a lo largo de todo el trayecto del nervio en la pierna. Obtenga más información sobre cómo identificar cómo tratar el dolor del nervio ciático.
Principales causas
Las principales causas de la radiculopatía son:
- Discos herniados;
- Estenosis del canal espinal;
- Artrosis espinal, también conocida como espondiloartrosis;
- Masas en la médula, como tumores o abscesos;
- Infecciones, como herpes zoster, sífilis, VIH, citomegalovirus o tuberculosis, por ejemplo;
- Radiculopatía diabética;
- Isquemia, causada por cambios en el flujo sanguíneo, en vasculitis, por ejemplo;
- Inflamaciones, como las que se producen en casos de polirradiculoneuropatía desmielinizante inflamatoria aguda y crónica o en sarcoidosis, por ejemplo.
Además, la radiculopatía puede producirse después de un accidente que provoque un traumatismo severo en la columna.
Como confirmar
Para diagnosticar la radiculopatía, el médico debe identificar los síntomas, hacer una evaluación física, detectar los principales puntos de dolor y ordenar pruebas, como radiografías o resonancias magnéticas de columna para detectar cambios en la columna, identificando el nervio afectado y su causa.
El examen de electroneuromiografía (ENMG) puede ser útil en muchos casos, ya que evalúa la presencia de lesiones que afectan nervios y músculos, pudiendo registrar la conducción de un impulso eléctrico en un nervio. Esta prueba está especialmente indicada cuando existen dudas sobre la causa de los síntomas, pudiendo confirmar si existe incluso un daño nervioso o si existen otros tipos de enfermedades neurológicas asociadas. Obtenga más información sobre cómo se hace y las indicaciones de la electroneuromiografía.
Como se hace el tratamiento
El tratamiento de la radiculopatía depende de su causa, indicada por el ortopedista o neurocirujano, e incluye fisioterapia, con ejercicios de estiramiento, manipulación de las vértebras y fortalecimiento muscular, por ejemplo, que pueden conducir a la curación de síntomas o, al menos, aliviarlos.
Además, el médico puede recomendar el uso de analgésicos, como Paracetamol, Dipirona, Tramal o Codeína, o antiinflamatorios, como Diclofenaco, Ketoprofeno o Nimesulida, por ejemplo, para controlar el dolor y las molestias.
En personas con dolor crónico, también se pueden asociar otros medicamentos para mejorar el control del dolor y otras afecciones asociadas, como el insomnio y la depresión, y son: antidepresivos, como la amitriptilina; anticonvulsivos, como gabapentina y pregabalina; o relajantes musculares, como ciclobenzaprina.
En casos más graves, el médico puede recomendar una cirugía, especialmente para la descompresión de la raíz nerviosa.