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El síndrome del manguito rotador, también conocido como síndrome de pinzamiento del hombro, ocurre cuando existe una lesión en las estructuras que ayudan a estabilizar esta región, provocando síntomas como dolor en el hombro, además de dificultad o debilidad para levantar el brazo, y puede ser causado tanto por tendinitis como por rotura parcial o total de tendones en la región.
El manguito rotador está formado por un conjunto de cuatro músculos encargados de mover y dar estabilidad al hombro, que son el infraespinoso, el supraespinoso, el redondo menor y el subescapular, junto con sus tendones y ligamentos. Las lesiones en esta región suelen producirse por inflamación provocada por el desgaste, irritación o un impacto por uso excesivo de la articulación, que es más común en deportistas o personas que trabajan cargando peso con los brazos.
Para tratar este síndrome está indicado el reposo, la aplicación de hielo y la fisioterapia, pudiendo el ortopedista recomendar también el uso de antiinflamatorios, como el ketoprofeno, para aliviar el dolor o, en los casos en que no haya mejoría, puede es necesario un tratamiento quirúrgico.
Síntomas principales
Los síntomas presentes en el síndrome del manguito rotador incluyen:
- Dolor de hombro, que puede ser repentino al levantar el brazo o persistente incluso en reposo, generalmente en la parte frontal o lateral del hombro;
- Disminución de la fuerza en el hombro afectado;
- Dificultad para colocar el brazo detrás del cuerpo, para vestirse o peinarse, por ejemplo.
- Puede haber hinchazón en el hombro afectado.
Los síntomas pueden agravarse por la noche o siempre que se realicen esfuerzos y, además, en los casos más graves y sin tratamiento, es posible que ocurra hasta la imposibilidad de mover el hombro.
Como confirmar
Para diagnosticar el síndrome del manguito rotador, el ortopedista o fisioterapeuta evalúa los síntomas y realiza un examen físico del hombro para detectar cambios.
El médico también puede ordenar pruebas adicionales como radiografía, ecografía o resonancia magnética del hombro, tanto para ayudar a confirmar el diagnóstico, para observar el grado de la lesión o si existen otros tipos de lesiones asociadas en el hombro, escápula o brazo. puede provocar o intensificar los síntomas. Aprenda a diferenciar cuáles son las principales causas del dolor de hombro y qué hacer en cada caso.
Cuales son las causas
Una lesión en el manguito rotador puede tener varias causas, que van desde desgaste progresivo de la articulación, irritación del hombro por aparición de espolones en el hueso o daño en el tendón durante la realización de actividades repetitivas o levantamiento de pesas durante un tiempo prolongado. Las personas con mayor riesgo de padecer este síndrome son:
- Practicantes de actividad física, especialmente aquellos que frecuentemente hacen movimientos repetitivos de brazos, como jugadores de tenis, porteros, nadadores y jugadores de baloncesto;
- Trabajadores que realizan movimientos repetitivos de brazos, como los que trabajan en el campo de la construcción, carpintería o pintura, por ejemplo;
- Personas mayores de 40 años, ya que el envejecimiento aumenta el riesgo de desgaste y lesiones degenerativas.
Además, se cree que puede haber un componente genético involucrado en este síndrome, ya que es más común entre miembros de una misma familia.
Como se hace el tratamiento
El tratamiento del síndrome del manguito rotador está indicado para reducir la inflamación de la articulación y ayudar a su regeneración, con reposo del hombro, aplicación de hielo y fisioterapia, que es muy importante para ayudar a recuperar la estabilidad y fuerza en el hombro afectado. . Consulte los ejercicios de fisioterapia para hacer en casa que ayudan con la recuperación del hombro.
El ortopedista también puede recomendar el uso de medicamentos analgésicos o antiinflamatorios, como Dipirona, Diclofenaco o Ketoprofeno, por ejemplo, para aliviar el dolor y facilitar la recuperación. En algunos casos de dolor persistente, pueden ser necesarias inyecciones de corticosteroides en la articulación.
El tratamiento puede durar desde 2 semanas hasta varios meses, sin embargo, en los casos en que el dolor no se pueda aliviar, el ortopedista puede indicar la realización de una cirugía en la que el médico identificará y reparará la lesión. La cirugía puede realizarse abriendo la piel o utilizando una microcámara e instrumentos especiales, una técnica llamada artroscopia. Descubra cómo se realiza la recuperación de la artroscopia de hombro.