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El tratamiento del trastorno bipolar consiste en el uso de medicamentos recetados por el psiquiatra, que ayudan a mantener a la persona sin síntomas, evitando episodios de depresión o manía. Esta enfermedad no tiene cura, sin embargo, es posible mantener una vida normal si el tratamiento se realiza correctamente.
Este trastorno mental, que se puede conocer popularmente como trastorno afectivo bipolar o trastorno bipolar del estado de ánimo, ocurre cuando la persona sufre cambios drásticos de humor, que varían entre sentimientos de gran alegría y tristeza extrema. Vea más sobre esta enfermedad.
Como se hace el tratamiento
Normalmente, las personas con trastorno bipolar necesitan tomar medicamentos para controlar la enfermedad, sin embargo, existen métodos naturales que pueden ayudar a controlar los síntomas, como hacer ejercicio o darse un masaje relajante, por ejemplo, que son buenas opciones para complementar la tratamiento de drogas.
1. Tratamiento farmacológico
Para el éxito del tratamiento del trastorno bipolar, los medicamentos y las dosis deben ser guiados por el psiquiatra y las dosis deben seguirse estrictamente, ya que las fallas en la toma pueden comprometer el tratamiento:
- Estabilizadores del estado de ánimo, que controlarán los episodios maníacos, como el litio, el ácido valprótico o la carbamazepina;
- Antipsicóticos, como olanzapina, risperidona, quetiapina o aripiprazol, que se utilizan si persisten los síntomas de depresión y manía.
- Antidepresivos, para ayudar a controlar la depresión, como fluoxetina, que debe combinarse con un antipsicótico para prevenir episodios de manía;
- Ansiolíticos, que ayudan a reducir la ansiedad y mejoran el sueño, como las benzodiazepinas.
La ingesta de medicamentos puede asociarse con sesiones de psicoterapia, lo que hace que el tratamiento sea más eficaz.
2. Psicoterapia
La psicoterapia es muy importante en el tratamiento del trastorno bipolar y se puede realizar de forma individual, en familia o en grupo.
Existen varios tipos, como la terapia interpersonal y del ritmo social, que consiste en establecer una rutina diaria para dormir, comer y hacer ejercicio, con el fin de reducir los cambios de humor, o la terapia psicodinámica, que busca el significado y función simbólica de comportamientos característicos de la enfermedad, para que tomen conciencia y puedan prevenirse.
Otro ejemplo de psicoterapia es la terapia cognitivo-conductual, que ayuda a identificar y reemplazar sentimientos y comportamientos negativos que no son saludables, por positivos y aprender estrategias que ayuden a reducir el estrés y lidiar con situaciones desagradables. Además, animar a la familia a aprender sobre el trastorno bipolar puede ayudarles a afrontar mejor la situación, así como a identificar problemas o prevenir episodios.
3. Fototerapia
Otra forma menos común de tratar los episodios maníacos es mediante la fototerapia, que es una terapia especial que utiliza varias luces de colores para cambiar el estado de ánimo del individuo. Esto está especialmente indicado para casos de depresión leve.
4. Métodos naturales
El tratamiento natural del trastorno bipolar lo complementa, pero no sustituye al tratamiento clínico, y tiene como objetivo evitar el estrés y la ansiedad, haciendo que la persona se sienta más equilibrada, previniendo crisis.
Así, las personas con trastorno bipolar deben practicar ejercicio regular como yoga, pilates o dar un paseo relajante, tener una actividad de ocio, como ver películas, leer, pintar o cuidar el jardín, o llevar una alimentación saludable, evitando consumir productos industrializados.
Además, también puede ayudar el consumo de bebidas con propiedades calmantes, como la hierba de San Juan y el té de pasiflora, manzanilla o melisa, por ejemplo, o darse masajes relajantes con frecuencia para reducir la tensión.
Convulsiones del trastorno bipolar Equilibrio de fase con el tratamiento
Cómo prevenir crisis
Para que la persona con trastorno bipolar viva con normalidad, controlando su enfermedad sin mostrar síntomas, debe tomar la medicación de forma regular a la hora y en la dosis recetada por el médico, evitar consumir bebidas alcohólicas y no consumir drogas.
Las complicaciones del trastorno bipolar surgen cuando el tratamiento no se realiza correctamente e incluyen depresión profunda, que puede resultar en un intento de suicidio, o alegría excesiva, que puede conducir a la bancarrota, por ejemplo. En estos casos, puede ser necesaria la hospitalización del paciente para estabilizar los ataques de humor y controlar mejor la enfermedad.