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La fractura del fémur ocurre cuando se produce una fractura en el hueso del muslo, que es el hueso más largo y fuerte del cuerpo humano. Por ello, para que surja una fractura en este hueso se requiere mucha presión y fuerza, lo que suele ocurrir durante un accidente de tráfico a gran velocidad o una caída desde gran altura, por ejemplo.
La parte del hueso que se rompe con más facilidad suele ser la región central, conocida como el cuerpo del fémur, sin embargo, en los ancianos, que tienen los huesos más débiles, este tipo de fractura también puede ocurrir en la cabeza del fémur, que es la región que se articula con la cadera.
La mayoría de las veces, la fractura de cadera debe tratarse con cirugía, para reposicionar el hueso e incluso colocar piezas de metal que ayuden a mantener el hueso en el lugar correcto mientras cicatriza. Por tanto, es posible que la persona necesite permanecer en el hospital unos días.
Tipos de fractura en el fémur.
Dependiendo de dónde se rompa el hueso, la fractura de fémur se puede dividir en dos tipos principales:
- Fractura del cuello femoral: aparece en la región que conecta con la cadera y es más común en ancianos por la presencia de osteoporosis. Dado que ocurre por el debilitamiento del hueso, puede ocurrir por un simple giro de la pierna al caminar, por ejemplo;
- Fractura del cuerpo del fémur: se produce en la región central del hueso y es más frecuente en los jóvenes por accidentes de tráfico o caídas desde gran altura.
Además de esta clasificación, las fracturas también pueden clasificarse en estables o desplazadas, dependiendo de si el hueso mantiene una alineación correcta o si está desalineado. También se pueden denominar transversales u oblicuas, dependiendo de si la fractura se produce en una línea horizontal a lo largo del hueso o si aparece en una línea diagonal, por ejemplo.
En el caso de las fracturas del cuerpo femoral, también es común que se dividan en fracturas proximales, medial o distal, dependiendo de si la fractura aparece más cerca de la cadera, en la mitad del hueso o en la región cercana a la rodilla.
Como se hace el tratamiento
En casi todos los casos de fractura de fémur es necesario someterse a una cirugía, dentro de las 48 horas, para corregir la rotura y permitir que se produzca la curación. Sin embargo, el tipo de cirugía puede variar según el tipo y la gravedad de la fractura:
1. Fijación externa
En este tipo de cirugía, el médico coloca tornillos a través de la piel en los lugares por encima y por debajo de la fractura, fijando la alineación correcta del hueso, para que la fractura pueda comenzar a sanar correctamente.
La mayoría de las veces se trata de un procedimiento temporal, que se mantiene hasta que la persona pueda someterse a una cirugía de reparación más extensa, pero también se puede utilizar como tratamiento para fracturas más simples, por ejemplo.
2. Clavo intramedular
Esta es una de las técnicas más utilizadas para tratar las fracturas en la región del cuerpo del fémur y consiste en la colocación de un clavo metálico especial dentro del hueso. Por lo general, la uña se quita después de que se completa la curación, lo que puede tardar hasta 1 año en ocurrir.
3. Fijación interna
La fijación interna se suele realizar en fracturas más complicadas o con múltiples roturas en las que no es posible utilizar un clavo intramedular. En este método, el cirujano aplica tornillos y placas de metal directamente sobre el hueso para mantenerlo estabilizado y alineado, permitiendo la cicatrización.
Estos tornillos se pueden quitar tan pronto como se complete la curación, pero como se requiere una cirugía adicional, a menudo se mantienen en su lugar de por vida, especialmente si no causan dolor ni limitan el movimiento.
4. Artroplastia
Este es un tipo de cirugía menos utilizada que suele reservarse para situaciones de fracturas cercanas a la cadera que tardan en cicatrizar o que son muy complicadas. En tales casos, el médico puede sugerir una artroplastia, en la que la articulación de la cadera se extrae por completo y se reemplaza con una prótesis artificial.
Vea más sobre este tipo de cirugía, cómo es la recuperación y cuándo se realiza.
¿Cómo es la recuperación de la cirugía?
El tiempo de recuperación puede variar mucho según el tipo de cirugía realizada, sin embargo, es común que la persona sea hospitalizada entre 3 días y 1 semana antes de ser dada de alta y regresar a casa. Además, como muchas fracturas ocurren debido a accidentes, también puede llevar más tiempo tratar otros problemas como hemorragias o heridas, por ejemplo.
Por otro lado, la curación de la fractura suele tardar entre 3 a 9 meses, y en ese tiempo se recomienda evitar actividades que pongan mucho peso sobre la pierna afectada. Aunque no se puede realizar ejercicio físico intenso, es muy importante mantener el movimiento de las extremidades, no solo para mejorar la circulación sanguínea, sino también para prevenir la pérdida de masa muscular y movimiento articular. Por ello, el médico suele recomendar realizar fisioterapia.
Posibles síntomas de fractura
En la mayoría de los casos, la fractura del fémur causa un dolor extremadamente severo que le permite identificar que se ha producido una fractura. Sin embargo, cuando la fractura es muy pequeña, el dolor puede ser relativamente leve y, por tanto, existen otros síntomas que pueden indicar una fractura, como por ejemplo:
- Dificultad para mover la pierna;
- Dolor más intenso al colocar el peso sobre la pierna;
- Hinchazón de la pierna o presencia de hematomas.
Además, es posible que aparezcan cambios en la sensibilidad de la pierna, e incluso pueden aparecer sensaciones de hormigueo o ardor.
Siempre que se sospeche una fractura, es muy importante acudir rápidamente a la sala de emergencias para hacer una radiografía e identificar si realmente existe alguna fractura en los huesos que necesite ser tratada. En general, cuanto antes se repare la fractura, más fácil será la curación del hueso.