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La presencia de una mancha amarilla en el ojo generalmente no es síntoma de un problema grave, estando en muchos casos relacionado con cambios benignos en el ojo, como pinguécula o pterigión, por ejemplo, que pueden ni siquiera necesitar tratamiento.
Sin embargo, cuando el ojo está amarillo, también puede ser un signo de problemas un poco más graves, como cambios en el hígado o la vesícula biliar, que causan ictericia. Aunque la ictericia generalmente vuelve amarilla toda la parte blanca del ojo, en algunos casos puede aparecer solo como pequeños parches que aumentan con el tiempo.
Así, siempre que se produzca una alteración en el ojo, es muy importante acudir al oftalmólogo o al médico de cabecera para identificar la causa correcta, iniciando tratamiento si es necesario.
1. Problemas de hígado o vesícula biliar
Aunque la ictericia causada por problemas del hígado o de la vesícula biliar suele tornar amarilla toda la parte blanca del ojo, hay algunos casos de personas que comienzan por observar la presencia de pequeñas manchas amarillas en el ojo.
Este cambio ocurre debido a la acumulación excesiva de bilirrubina en la sangre, que acaba dejando amarillentos los ojos, así como la piel. Al principio, este síntoma afecta solo a los ojos, pero luego puede extenderse por todo el cuerpo. Otros síntomas típicos de problemas hepáticos incluyen malestar, dolor abdominal, pérdida de apetito y cansancio excesivo, por ejemplo.
Qué hacer: Si se sospecha de problemas hepáticos, consulte a un hepatólogo o médico de cabecera para hacerse análisis de sangre o una ecografía e identificar si efectivamente existe algún cambio en el hígado o en las vías biliares, iniciando el tratamiento adecuado. Vea qué otros síntomas de problemas hepáticos son y cómo se realiza el tratamiento.
2. Pinguécula ocular
Esta es una de las causas más comunes de aparición de una mancha amarilla en la parte blanca del ojo y ocurre por el crecimiento excesivo del tejido presente en esa región del ojo. Por esta razón, este es un tipo de mancha que parece tener cierto alivio.
La pinguécula ocular no es un problema grave y, a menudo, ni siquiera necesita tratamiento, ya que puede no causar síntomas o complicaciones. Este cambio es más común en personas que han estado expuestas al sol durante mucho tiempo o que tienen síndrome del ojo seco. Aquí hay algunas formas de combatir el ojo seco.
Qué hacer: normalmente la pinguécula no necesita un tratamiento específico, sin embargo, para confirmar el diagnóstico la mejor opción es consultar a un oftalmólogo. Si aparecen síntomas, como irritación o molestias en los ojos, el médico puede prescribir la aplicación de unas gotas oftálmicas específicas.
3. Pterigión en los ojos
El pterigión ocular es muy similar a la pinguécula, sin embargo, el crecimiento de tejido en el ojo también puede ocurrir sobre la retina, provocando la aparición de una mancha que no solo está en la parte blanca del ojo, sino que también puede extenderse hacia arriba. color de los ojos.
Aunque en estos casos la alteración aparece más rosada, hay personas que pueden tener un pterigión más amarillento. Este cambio es más común en hombres de entre 20 y 30 años y puede causar molestias al abrir y cerrar el ojo, así como problemas de visión.
Qué hacer: en la mayoría de los casos el tratamiento del pterigión lo realiza un oftalmólogo mediante la aplicación de colirio, sin embargo, también se puede recomendar la cirugía, si el crecimiento del tejido es muy exagerado. Por lo tanto, si se sospecha de pterigión, es muy importante consultar a un oftalmólogo.
Creado por: Equipo Editorial de Tua Saúde