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El ictus, también conocido como ictus o ictus, es la interrupción del flujo sanguíneo a alguna región del cerebro, y esto puede tener varias razones, como acumulaciones de placas grasas o la formación de un coágulo, que dan lugar al ictus. isquémico o sangrado por hipertensión e incluso rotura de un aneurisma, dando lugar a un accidente cerebrovascular hemorrágico.
Cuando ocurre esta situación, las secuelas dependen de la gravedad de la lesión cerebral y del tratamiento adecuado, siendo común estar débil en un lado del cuerpo o dificultad para hablar, por ejemplo. Por tanto, es importante centrarse en las terapias de rehabilitación, para reducir cualquier tipo de dificultad que haya quedado. Conozca las principales secuelas y cómo tratarlas.
Las causas del ictus isquémico y hemorrágico son varias, y siempre es posible, para cada situación, adoptar conductas o tratamientos que, si se realizan correctamente, puedan prevenir esta situación. Las principales causas son:
Causas del accidente cerebrovascular isquémico
El accidente cerebrovascular isquémico es causado por la obstrucción de algún vaso que lleva sangre al cerebro, lo que ocurre con mayor frecuencia en personas mayores de 50 años, sin embargo, también es posible en personas jóvenes. Esto puede suceder debido a:
1. Tabaquismo y mala alimentación
Los hábitos de vida como fumar, el consumo de alimentos ricos en grasas, frituras, sal, carbohidratos y azúcares, aumentan el riesgo de desarrollar la acumulación de placas grasas, también llamadas aterosclerosis, en los vasos sanguíneos del cerebro y en vasos importantes para circulación cerebral. Cuando esto sucede, la sangre no puede pasar y las células de la región afectada comienzan a morir por falta de oxígeno.
Cómo evitar: adoptar una dieta más saludable, con una dieta rica en verduras, frutas y carnes magras, además de practicar actividad física al menos 3 veces por semana y no fumar. Consulte nuestros consejos sobre hábitos para prevenir enfermedades como derrames cerebrales y ataques cardíacos.
2. Presión arterial alta, colesterol y diabetes
Enfermedades como hipertensión arterial, colesterol, triglicéridos elevados, obesidad o diabetes son los mayores riesgos para la formación de acumulación de placas grasas, así como el desarrollo de inflamación en los vasos sanguíneos y enfermedades cardíacas, siendo importantes riesgos de ictus.
Cómo evitar: controlar adecuadamente estas enfermedades, con el tratamiento que indique el médico, además de adoptar hábitos de vida saludables, para reducir sus efectos negativos en el organismo.
3. Defectos en el corazón o los vasos sanguíneos
Los cambios en el corazón, como la presencia de una arritmia, dilatación o cambios en el funcionamiento del músculo cardíaco o sus válvulas, así como la presencia de un tumor o calcificación, contribuyen a la formación de coágulos, que pueden llegar al cerebro a través del torrente sanguíneo.
Cómo evitar: este tipo de cambios se pueden detectar en las consultas de rutina con el médico y, si se detectan, se hará un seguimiento y, en algunos casos, el uso de medicamentos, como los anticoagulantes.
4. Uso de drogas ilícitas
El uso de drogas ilícitas, principalmente inyectables, como la heroína, por ejemplo, favorece las lesiones y espasmos en los vasos sanguíneos, que pueden contribuir a la formación de coágulos y, en consecuencia, ictus.
Cómo evitarlo: en estos casos, se recomienda buscar ayuda en un centro especializado en drogas para que se pueda llevar a cabo el proceso de desintoxicación, contribuyendo así a la calidad de vida de la persona y reduciendo las posibilidades de ictus.
5. Otras causas
Otras situaciones menos comunes para la ocurrencia de un ictus, y de las que se debe sospechar, especialmente cuando ocurre en personas jóvenes, son las enfermedades que provocan una mayor coagulación sanguínea, como el lupus, la anemia falciforme o la trombofilia, por ejemplo, enfermedades que inflaman vasos sanguíneos, como vasculitis, o espasmos cerebrales, por ejemplo, que impiden el flujo sanguíneo.
El tratamiento en una situación de ictus, independientemente de la causa, debe iniciarse lo antes posible, ya en la emergencia, con el uso de medicamentos para ayudar al retorno del flujo sanguíneo, como AAS, clopidogrel, trombólisis y control de la presión arterial y la presión arterial. datos vitales. Descubra con más detalle cómo se realiza el tratamiento del accidente cerebrovascular.
Causas del accidente cerebrovascular hemorrágico
El accidente cerebrovascular hemorrágico ocurre cuando hay sangrado dentro del cerebro o en las meninges, que son películas que rodean el cerebro. Este tipo de ictus puede ocurrir tanto en personas mayores como en jóvenes, y las principales causas son:
1. Presión arterial alta
Una presión muy alta puede romper cualquiera de los vasos del cerebro, que es la principal causa de accidente cerebrovascular hemorrágico. Suele ocurrir en personas que tienen picos de presión arterial muy altos, ya que no tratan la hipertensión.
Cómo evitarlo: es necesario tener un seguimiento médico para exámenes de control y comprobar si tienes hipertensión arterial y, en caso de confirmarse, tener un adecuado tratamiento y control de la enfermedad, previniendo sus efectos en el organismo.
2. Golpe en la cabeza
El traumatismo craneoencefálico, que puede ocurrir en accidentes de tráfico, es una causa importante de ictus, ya que puede provocar hemorragias en y alrededor del cerebro, siendo una situación muy grave que pone en riesgo la vida de la persona.
Cómo evitarlo: es importante preocuparse siempre por la seguridad en diferentes situaciones, como llevar el cinturón de seguridad en el coche o utilizar equipos de protección personal en el trabajo, por ejemplo.
3. Aneurisma cerebral
La presencia de un aneurisma u otras malformaciones de los vasos sanguíneos dentro del cerebro, aumentan el riesgo de ruptura y hemorragia, especialmente cuando su tamaño aumenta con el tiempo.
Cómo evitarlo: este tipo de alteración se descubre con mayor frecuencia de forma accidental, cuando se realizan tomografías computarizadas o resonancias magnéticas por otras causas. Sin embargo, se puede sospechar un aneurisma en presencia de síntomas como dolor de cabeza frecuente y que empeora gradualmente, convulsiones o debilidad y hormigueo en alguna parte del cuerpo, por ejemplo.
4. Uso de anticoagulantes
Los remedios anticoagulantes son muy importantes en varias enfermedades, como arritmias, trombosis o enfermedades de las válvulas cardíacas, por ejemplo, sin embargo, si se usan de manera incorrecta, o si la persona no tiene cuidado, ya que aumenta el riesgo de hemorragia, incluyendo dentro del cerebro.
Cómo evitarlo: realice un seguimiento médico regular para controlar la coagulación de la sangre y para realizar análisis de rutina. También evite situaciones de riesgo de accidentes cerebrovasculares, como caídas.
5. Otras causas
Otras causas menos comunes de accidente cerebrovascular hemorrágico pueden incluir enfermedades que dificultan la coagulación de la sangre, como la hemofilia y la trombocitemia, la inflamación de los vasos cerebrales pequeños, llamada angiopatía amiloide, debido a enfermedades degenerativas del cerebro, como el Alzheimer, el uso de drogas ilícitas, como cocaína y anfetamina, y tumor cerebral, que aumenta el riesgo de hemorragia.
Un ictus hemorrágico también debe tratarse lo antes posible, ya en urgencias, con el control de datos vitales y, si es necesario, con cirugía, con el fin de reducir el riesgo de vida y la formación de secuelas.
¿El accidente cerebrovascular tiene cura?
El ictus no tiene cura, sin embargo, se puede prevenir en la mayoría de los casos o, cuando ocurre, es posible invertir en tratamientos para mejorar la condición y rehabilitación para dejar menos secuelas.
Además, es posible que el organismo se recupere de buena parte, o totalmente, de los síntomas y dificultades que surgen con el ictus, lo que también depende de un seguimiento con un neurólogo, y la realización de una rehabilitación, con:
- Fisioterapia, que ayuda a recuperar la parte motora y desarrollar movimientos;
- Terapia ocupacional, que fomenta la elaboración de estrategias para reducir los efectos de las secuelas del ictus en el día a día, adaptaciones del entorno y utensilios, además de actividades para mejorar el razonamiento y el movimiento;
- Actividad física, realizada preferiblemente bajo la guía del educador físico, para fortalecer los músculos y ayudar a la independencia, el equilibrio y el bienestar de la persona;
- Nutrición, ayuda a preparar los alimentos en la cantidad, tipo y consistencia ideales para cada persona;
- La logopedia es importante en casos de dificultad para tragar alimentos o comunicarse, ayudando a adaptar estas situaciones.
De esta forma, incluso si las secuelas del ictus no disminuyen ni se recuperan rápidamente, es posible mejorar la calidad de vida de la persona que vive con esta situación.