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La luxación del hombro es una situación dolorosa, pero no siempre es fácil ser percibida por la población en general. Algunas de las causas más habituales son la práctica de un deporte como la natación, el baloncesto o el voleibol, sufrir un accidente automovilístico o levantar un objeto pesado de forma incorrecta en el gimnasio, por ejemplo.
Cuando el hueso del brazo, que es el húmero, regresa solo a la articulación del hombro, que es la glenohumeral, a este hecho lo llamamos subluxación, que puede provocar solo dolor en ese lugar, sin necesidad de inmovilización, ni ningún otro tratamiento. Pero si esta subluxación ocurre con alguna frecuencia, los músculos de esa región deben fortalecerse para evitar que vuelva a ocurrir.
A veces, la dislocación del hombro también puede causar alguna lesión en los tendones del manguito rotador, lo que requiere fisioterapia para recuperarse. Es posible saber si estos tendones se vieron afectados si el dolor persiste incluso después de que el movimiento del hombro se haya recuperado por completo.
Tipos de dislocación del hombro
Signos y síntomas de la dislocación del hombro.
Los signos y síntomas de una dislocación del hombro son:
- Dolor severo en el hombro, que puede irradiarse al brazo y afectar el cuello.
- Un hombro puede ser diferente del otro, más alto o más bajo;
- Incapacidad para realizar movimientos con el brazo afectado.
Por lo general, la persona sostiene el hombro con la mano opuesta porque sabe que el hombro se ha movido, pero el diagnóstico preciso debe realizarlo un especialista. A veces, puede ser necesario realizar un examen de rayos X para evaluar mejor la lesión e identificar si hay algún daño importante, como un fragmento de hueso dentro de la articulación afectada. El médico también puede solicitar una resonancia magnética para evaluar tejidos como la propia cápsula articular, los tendones y los ligamentos.
Esto es lo que debe hacer cuando se produce una dislocación del hombro.
Cómo tratar
El tratamiento más adecuado para la luxación del hombro debe ser indicado por el médico ortopédico tras observar la edad de la persona, la posición articular y el estado de salud. Para aliviar el dolor, el médico puede recetar un analgésico o antiinflamatorio.
Posición ideal para la inmovilización del hombro.
El médico puede volver a colocar la articulación en su lugar y luego se puede vendar el área colocando el brazo en el pecho, para recuperar los tejidos involucrados. La inmovilización se puede mantener durante 3 semanas dependiendo de la edad, el estilo de salud y la salud general de la persona.
Tras la retirada de la inmovilización, puede ser necesario recuperar los movimientos mediante estiramientos realizados, respetando el límite del dolor. En algunos casos, cuando la limitación es grande, puede ser necesaria la fisioterapia para fortalecer los músculos y evitar que el episodio vuelva a ocurrir.
La cirugía está indicada para personas jóvenes o deportistas, especialmente cuando existe una lesión en el labio glenohumeral, aflojamiento de la cápsula articular o tendones del hombro para reparar estos tejidos y también para prevenir futuras luxaciones en personas que presentan varios episodios de luxación o subluxación al año. La cirugía se suele realizar mediante una artroscopia porque la recuperación es más rápida pero en cualquier caso es necesario someterse a fisioterapia durante unos meses hasta que se restablezca por completo la integridad y dinámica del hombro.
Para las personas que practican actividad física se recomienda no entrenar el brazo y hombro lesionado en el primer mes, realizando solo ejercicios de fisioterapia. Los atletas generalmente regresan a la competencia después de 5 o 6 meses de dislocación.
Está indicado después de una inmovilización o cirugía para recuperar la amplitud de movimiento, la fuerza muscular y estabilizar la articulación del hombro, previniendo más luxaciones. El fisioterapeuta debe evaluar a la persona e indicar el tratamiento fisioterapéutico más adecuado porque puede variar de una persona a otra. Las sesiones suelen comenzar 3 semanas después de la lesión y pueden durar meses, especialmente si se realiza una cirugía.
El tratamiento fisioterapéutico se puede realizar utilizando estrategias para aliviar el dolor, aumentar el rango de movimiento, curar heridas, fortalecer los músculos y estabilizar la articulación del hombro. Algunos tratamientos que pueden resultar útiles son la relajación muscular, la liberación miofascial con las manos, la pelota de tenis, el rodillo de espuma rígida o la terapia de vacío. Los ejercicios de estiramiento de los músculos del brazo en todas las direcciones y también del trapecio en la región del cuello deben insertarse gradualmente ejercicios con cinta elástica conocida como theraband para aumentar la resistencia muscular poco a poco.
Para estabilizar el hombro cuando no hay más dolor y es posible realizar ejercicios con la banda elástica sin ningún dolor o restricción de movimiento, se pueden introducir ejercicios de propiocepción y Pilates Clínicos.